En la región núcleo, los campos de trigo exhiben un panorama que no se veía desde el ciclo 2019/20. El 90% de los lotes se encuentran en condiciones muy buenas a excelentes, un salto significativo respecto a campañas anteriores y una bocanada de optimismo tras cuatro inviernos marcados por la sequía. Técnicos y productores describen la situación con palabras como “impresionante” y “muy, pero muy buenos”, un reflejo de las expectativas que despierta este inicio.
La comparación histórica respalda el entusiasmo. En la campaña 2019/20, el 80% de los lotes estaba en estas condiciones, mientras que en 2021/22 —año récord en producción y rendimientos— solo el 42% alcanzaba este nivel a esta altura de la temporada. La diferencia clave hoy está en la disponibilidad de agua: los perfiles del suelo presentan reservas hídricas ampliamente superiores, lo que fomenta ajustes en la fertilización y la apuesta por mayores rindes.
En localidades como Corral de Bustos, el trigo avanza sin problemas graves de enfermedades, aunque se detectan casos puntuales en variedades más susceptibles. En Bombal, incluso se analiza la posibilidad de sumar fertilización foliar, mientras que en María Susana el macollaje promedia 2,5 macollos por planta en lotes de alta densidad. Allí, la mitad de los lotes ya cerró el entresurco, un dato técnico clave: significa que el cultivo ya compite eficazmente contra las malezas.
Agosto: ¿frío y seco para frenar las enfermedades?
La gran pregunta en el sector es si agosto mantendrá las condiciones necesarias para sostener este arranque. Según el consultor Alfredo Elorriaga, un centro de alta presión ubicado al sur de La Pampa está impulsando el ingreso de aire frío al centro del país, generando un ambiente seco y estable. Los pronósticos de mediano plazo sugieren que esta circulación sur podría mantenerse al menos hasta el 15 de agosto, con bajas temperaturas y ausencia de lluvias significativas.
Este escenario sería favorable para contener la presión de enfermedades, aunque Elorriaga advierte que el invierno muestra “una gran volatilidad y un comportamiento de precipitaciones extremadamente atípico”, lo que dificulta cualquier proyección certera. Por ahora, la primera quincena del mes aparece como un período frío y seco, ideal para mantener la sanidad del cultivo.
Panorama por zonas: maíz en recuperación y trigos que impresionan
Más allá del promedio regional, la situación presenta matices según la localidad. En Carlos Pellegrini y María Susanase observa un repunte marcado en la precampaña de maíz, con ventas de semilla que crecen hasta un 50% interanual. En este último caso, la superficie destinada al cereal podría aumentar hasta un 90%, impulsada por el traspaso de área desde el sorgo. En Cañada de Gómez y Bigand la intención de siembra se mantiene con aumentos del 10% en maíz temprano, mientras que en Bombal el área sería estable o con leves incrementos.
En el norte bonaerense, General Pinto muestra perfiles de suelo con una humedad que no se veía en años, lo que anima a una fuerte inversión en fertilización nitrogenada para maíz temprano. En Río Tala, la baja de retenciones parece haber reactivado consultas y reservas de insumos, con expectativas de mayor presencia de maíz de segunda. En Corral de Bustos, el trigo vive un momento excepcional gracias a lluvias que en junio y julio sumaron 50 mm cada mes, más una primera lluvia de agosto que dejó casi 30 mm. Allí, el cultivo se describe como “impresionante”, con apenas algunos casos aislados de enfermedades.
En toda la región, los precios de los insumos se mantienen relativamente estables, con leves subas en fertilizantes nitrogenados como la urea y el MAP. Los fitosanitarios no muestran variaciones relevantes. La planificación de siembras respeta las rotaciones y las decisiones se ajustan más por criterios agronómicos que por las señales de precios.
Márgenes agrícolas: soja en recuperación y alquileres en alza
Mientras el trigo vive su mejor momento en años, la soja comienza a dar señales de recuperación en campo propio, con un margen que mejoró en 36 u$s/ha respecto al mes anterior gracias a un aumento del 3% en el precio a cosecha. Los márgenes alcanzan 350 u$s/ha, aunque el maíz y el trigo muestran retrocesos de entre 2 y 3% en sus precios proyectados, dejando márgenes de 378 u$s/ha y 82 u$s/ha respectivamente.
La suba reciente del precio disponible de la soja también impactó en los costos de arrendamiento: un alquiler de 18 qq/ha pasó de 478 a 575 u$s/ha en un mes. En insumos, la urea aumentó de 610 a 620 u$s/t y el MAP de 920 a 950 u$s/t, aunque los ajustes fueron moderados.
Con perfiles hídricos recargados, un arranque sanitario controlado y expectativas firmes, el trigo 2025/26 en la región núcleo pisa fuerte. La incógnita es si el clima mantendrá esta ventaja y si el sector logrará capitalizar el momento para alcanzar un nuevo hito productivo.
