“No sé cuál es el estado psicológico del Presidente, pero hay incompetencias de parte de su equipo . Creo que están un poco desesperados, al percibir que tiene posibilidades de perder la elección” declaró este jueves Luiz Inácio Lula da Silva, durante una entrevista concedida a diarios y emisoras radiales de Brasilia. “Él encomienda y estudia las encuestas, y sabe que va a perder” concluyó. El líder petista adjudicó el nerviosismo de Jair Messias Bolsonaro al último episodio protagonizado por su cuartel general, que presentó una demanda al Tribunal Superior Electoral (TSE) por “irregularidades” en las transmisiones radiales y televisivas obligatorias y gratuitas de propaganda electoral. Según esa denuncia se desecharon los spots de su campaña del oficialismo en cuanto se emitían normalmente los del adversario opositor.
Para Bolsonaro, ese trato desigual podrá tener repercusiones en los votos recibidos por cada uno. Y ese hecho justificaría una suspensión temporaria del balotaje, que debe ocurrir el domingo próximo. El presidente brasileño le pidió a la justicia electoral que investigue el caso, pero el magistrado Alexandre de Moraes, presidente del TSE, rechazó la solicitud. Y esta tarde temprano, todos los jueces de esa instancia respaldaron la resolución. “Como todos sabemos, no es responsabilidad del tribunal electoral distribuir publicidad de televisión y radio, ni fiscalizar si los medios las están transmitiendo” declaró Moraes. Indicó que esa es una tarea “de los partidos, de las coaliciones y de los candidatos”. Lula, a su vez, eximió de toda responsabilidad a su comité de campaña: “No tenemos nada que ver con eso” sentenció.
Los analistas políticos sugieren que Bolsonaro trata de encontrar, estos días, aquel elemento que le permita revertir la ventaja del petista. Apostaría así a crear las condiciones de lo que la prensa ha definido aquí como “una tercera vuelta”. Sería algo parecido a lo que ocurrió en Estados Unidos el 6 de enero de 2020, cuando partidarios de Trump invadieron el Capitolio. Pero los aliados del mandatario aluden a la “inutilidad” de ese tipo de acciones. Señalan que JMB no sólo no consiguió algo “bueno” para conquistar más espacio, sino que su campaña fue mechada “con acontecimientos muy negativos”. Tal fue el episodio por ejemplo ocurrido el domingo, cuando el ex parlamentario Roberto Jefferson, un aliado íntimo, enfrentó con ráfagas de ametralladora y granadas de mano a una patrulla de la Policía Federal que fue a detenerlo.
Es esa percepción la que llevó a los políticos asociados a su campaña a pedirle al presidente que frene sus actitudes de cuestionamiento a la legitimidad de las elecciones. Esta nueva crisis entre el Poder Ejecutivo y los máximos niveles de la Justicia fue interpretada por la Corte como un “factor creado artificialmente” con el objetivo de favorecer la impugnación de los resultados del domingo, en caso de derrota del mandatario. El abogado de Bolsonaro, Tarcísio Vieira, indicó al diario Folha de Sao Paulo que todavía estudia “posibles nuevas medidas” al respecto, pero “desde un punto de vista estrictamente jurídico”.
No obstante, el gobernante no cuenta con el apoyo de todos sus aliados. Muchos de ellos, como el presidente de la Cámara de Diputados Artur Lira, le pidieron que desista de crear situaciones de ruptura. “Si Bolsonaro apuesta a pedir el atraso de la segunda vuelta, será por su cuenta y riesgo” indicaron esos socios políticos.
En estas horas que restan en el comité de campaña crece la sensación de derrota inminente. Especialmente luego de la publicación de las encuestas de esta semana, que lo dan como ganador a Lula. La última, publicada hoy por Datafolha, afirma que a la fecha el presidente tiene 47% de las intenciones de voto, frente a nada menos que 53% de Lula da Silva.
El ex jefe de Estado, que comandó el país entre 2003 y 2010, obtuvo hoy un respaldo fuerte del también ex presidente Fernando Henrique Cardoso. En un video difundido a través de las redes sociales, el fundador del Partido Socialdemócrata de Brasil pidió: “Amigos y amigas, ustedes que mejoraron su vida con el Plan Real y cree en Brasil, vote en el número 13 (el de Lula)”. Estas son las circunstancias que entornan un debate trascendental, mañana viernes por la noche en la TV Globo. Allí se enfrentarán los dos contendientes.