Una oferta muy alta, una demanda interna agotada, que solo se apoya en los bajísimos precios reales de la carne vacuna. Un mercado chino a la baja, con nuevas caídas en los valores pagados por la carne.
La faena, especialmente de vacas y de hacienda liviana de feedlot, se mantendría muy alta -cerca de los récords históricos- por lo menos por tres meses más, y la expectativa de una recuperación importante en los precios del ganado se corre para el último cuatrimestre del año.
Para entonces se espera que la oferta ganadera caiga un 15-20% con respecto a los niveles actuales, que la demanda china, que supone el 75% de las exportaciones argentinas, se haya recuperado, aunque sea en parte.
Hoy el mercado chino luce desinteresado, con precios a la baja y con una influencia muy negativa sobre los negocios del enorme stock acumulado de carne importada, que hace unas semanas se calculaba en un millón de toneladas y que hoy algunos operadores importantes lo ubican bien por arriba de ese volumen.
El segundo semestre se muestra mejor, pero no hay nada garantizado. De esta combinación de clima, mercados y política económica, es difícil proyectar con certeza qué puede salir.
Oferta En mayo último, según datos de SENASA, se enviaron a faena 1,316 millones de cabezas, un 12% más que en igual mes del año pasado, resultando el registro más alto para el mes de mayo de los últimos veinte años.
Con respecto a mayo del 2022 se faenaron más vacas (+7%) y más novillos (+4,6%), siendo mucho más alta la oferta de novillitos (+19%) y de vaquillonas(+21%), lo que permitiría especular que la oferta de ganado liviano -gran parte proveniente del feedlot- este año podría estar adelantándose.
La faena acumulada de los primeros cinco meses del año, según este registro de DTE, resulta un 12% más alta que en los cinco primeros meses del año pasado, con un aumento del 18% en la faena de vacas, del 11% de vaquillonas, del 6% de novillos y del 14% en novillitos, incrementándose sólo el 5,6% la matanza de terneros y un 3,5% la de toros.
Aun suponiendo una importante contracción de la faena en el último cuatrimestre del año, el 2023 cerraría con una matanza del orden de los 14,4 millones de cabezas, unos 940 mil animales más que en el 2022 (+7%).
Sigue muy alta la oferta de vacas: en abril los envíos a faena de esta categoría (DTE, SENASA) fueron un 7% más altos que abril del año pasado, resultando el registro más alto -para el mes de mayo- de los últimos veinte años, superando inclusive los niveles del período 2008-2009, de intensa liquidación.
La faena de vacas, que de acuerdo a la estacionalidad se mantendría todavía muy alta en junio y julio, comenzaría a declinar significativamente a partir de agosto-septiembre.
Debe observarse que la faena diaria de vacas, que en enero era de 10.080 cabezas, en abril fue de 16.480 cabezas, para caer a 15.200 cabezas diarias en mayo de 2022. Diferencias entre la liquidación del 2007-2010 y la actual en curso: la del período 2007-2010 duró más de tres años, con una elevada mortandad de ganado adulto, y con la salida definitiva de muchos productores -principalmente invernadores- de la ganadería, pasándose masivamente a la agricultura.
La combinación de estos factores adversos con una caída muy fuerte en la parición, llevó a una reducción de 10 millones de cabezas en el stock. La liquidación actual es intensa pero no lleva más de un año y promete revertirse a partir de agosto[1]septiembre; hasta ahora se registra una baja mortandad y los efectos negativos sobre el stock se moderan por la entrada en escena en el 2023 de un destete 600 mil crías, mayor que el del año anterior.
De todos modos, la combinación de un menor destete 2023 (1,0-1,5 millones de crías menos), con una faena elevada y una mortandad superior a lo normal, llevaría el stock, a diciembre del 2023, a reflejar una caída del orden de los 2 millones de animales.