El maíz, el cultivo más importante actualmente cosechado en Argentina, que viene incrementando sus rendimientos a razón de 100 kilos por hectárea y por año a lo largo de los últimos quince años no está exento de nuevos desafíos productivos bajo este escenario de progreso.
Fernando Guerra, gerente de Desarrollo de Producto de la empresa KWS y especialista en fitopatología, se refirió a esta enfermedad en una charla que brindó en el marco del Congreso de Aapresid con productores y asesores técnicos sobre el avance esta temida enfermedad.
En diálogo con Palabra de Campo, Guerra compartió sus impresiones y consejos.
P: Me gustaría que repasemos algunos conceptos de la charla que diste hace un ratito, que tiene que ver justamente con sanidad y con una problemática específicamente de zona núcleo, imagino mucho interés por parte de los productores.
Es una enfermedad que se expresó muy fuerte en zona núcleo que es el carbón de la panonja, que es un carbón distinto que pensábamos que no estaba más porque hace unos 80 años se había detectado, pero bueno, volvió a aparecer en esto de la dinámica del maíz y de los ambientes. Hablamos acerca de la información que se pudo generar desde KWS y desde todos los actores y las instituciones que están viendo esta situación sanitaria para generar un poco de conciencia y aumentar los reportes.
P: ¿Qué se puede hacer desde KWS?
Desde KWS, empezar con gran parte de la solución que es aportar genética que se comporte correctamente frente al ataque de la enfermedad. Tenemos buenas respuestas, pero sabemos que no es contundente en absoluto, hay que seguir probando, hay que tener la suerte de poder ver infecciones y que las líneas que tenemos sigan siendo buenas, que es la noticia que tenemos ahora, lo cual nos entusiasma, y desarrollar también manejos agronómicos para esa genética.
P: ¿Con qué híbridos?
Entre los híbridos que nos interesan para luchar contra esta enfermedad esta el 408, que de hecho es el lanzamiento nuestro de zona núcleo. Respondió muy bien en un lugar donde otros híbridos habían tenido 40% de incidencia y este híbrido estaba prácticamente en cero, por lo tanto el porfolio que tenemos en zona responde muy bien a carbón de la panoja, se enferma muy poco, es alentador, pero hay que seguir trabajando.
P: ¿Esta problemática se da en zona núcleo específicamente, en otros lugares del país?
Hace unas 3 campañas los primeros reportes venían de zona núcleo, Corral de Bustos, zonas de fuerte potencial de Argentina. Se extendió un poco ese reporte dentro de esa zona, pero tenemos algunos reportes más lejanos, no sabemos si son focos o situaciones generalizadas, por eso lo importante es monitorear, ver y poder decir qué tan sano, qué tan enfermo está tu lote y tener cuidado y en eso de los cuidados, es importante la genética que ponemos arriba.
P: ¿Esa es la advertencia es para productores que están pensando en la siembra dentro de algunas semanas?
Exacto, la idea es saber si lo tenían o no y sobre eso qué escenario pueden esperar. Falta mucho por investigar sobre todo el ambiente, no sabemos si este Niño va a ayudar o no a la enfermedad o al maíz, esperemos que al maíz lógicamente -más allá de que nos entretenga un poco ver enfermedades- pero dentro de todo creemos que ese escenario puede ser más favorable a maíz, menos infecciones y que se achique un poco este mapa.
P: ¿Y el consejo para el productor?
Monitorear, si ya lo sabe que lo tuvo, monitorear desde temprano para dimensionar daños, si no sabe si lo tuvo, poner un poco de foco en el estado reproductivo y pre cosecha, ver qué tipo de carbón y ante cualquier duda consultar, no tener miedo es una problemática nueva y mientras más información tenga, mejor puede solucionar.
P: ¿Hay técnicos de KWS permeables para procesar esa información que pueda generar el productor?
Sí, nosotros hemos estado capacitando toda esta campaña con los distribuidores de la zona, lo hemos visto, lo hemos presentado en los DAR, o sea, hemos trabajado la temática en difusión, no es para horrorizarse, no es para una campaña del miedo en lo absoluto, sino para tomar conciencia y poder ver y determinar qué hacer, porque el diagnóstico de la enfermedad correcta es lo que nos permite trabajar cada vez más rápido, lo aprendimos con COVID también, más allá de hacer el paralelismo con humanos, pero conocer es lo que nos va a sacar de que sea un problema aterrador a una circunstancia.