En la conferencia internacional GrainCom celebrada en Ginebra, la consultora AgResource advirtió que las exportaciones de soja de EE.UU. podrían desplomarse un 20% si el gobierno de Joe Biden no alcanza un nuevo acuerdo con China antes de fin de verano boreal. El conflicto comercial vigente mantiene altos aranceles que desalientan la compra de soja estadounidense, favoreciendo a competidores directos como Brasil y Argentina.
Los aranceles siguen siendo una barrera
Pese a una tregua temporal en la guerra comercial, los analistas consideran que la rebaja de los aranceles chinos del 145% al 10% no es suficiente para que la soja de EE.UU. recupere competitividad en el mercado chino. “Incluso con una tasa del 10%, los granos norteamericanos no pueden competir contra los precios de Sudamérica”, aseguró Alejandra Casillo, presidenta de la North American Export Grain Association. Casillo añadió que “esta política está creando una gran ventaja para otros orígenes, principalmente Brasil y también Argentina”.
El presidente de AgResource, Dan Basse, advirtió que si no se alcanza un pacto antes del cierre del verano boreal, las exportaciones caerán de 1.865 millones de bushels estimados a apenas 1.500 millones. Esta baja afectaría no solo el volumen, sino también los ingresos del sector agrícola estadounidense. “El tiempo corre. Un acuerdo es vital para evitar el colapso del comercio agrícola”, explicó Basse en declaraciones a Reuters.
El precio de la soja y del maíz bajo presión
El impacto del conflicto no solo se traduce en volúmenes. En los mercados de futuros, las consecuencias también se están sintiendo. Sin un acuerdo firme con China, el valor de la soja podría caer a 9 dólares por bushel en la Bolsa de Chicago, cuando hoy se negocia a 10,6 dólares. Con un acuerdo que elimine por completo los aranceles, el precio podría trepar hasta los 13 dólares por bushel, según AgResource.
El maíz también sufriría las consecuencias, con una caída proyectada del 13% en las exportaciones. Los precios pasarían de los actuales 4,40 a 3,70 dólares por bushel. El trigo, en tanto, bajaría de 5,56 a 4,90 dólares. La presión sobre los ingresos rurales es cada vez mayor en un año electoral clave para Estados Unidos.
El ascenso de Sudamérica: ventaja para Brasil y Argentina
Mientras China, el mayor comprador global de soja, mantiene sus restricciones a EE.UU., se profundiza su dependencia de los países sudamericanos. Actualmente, Brasil provee el 70% de las importaciones chinas de la oleaginosa, gracias a su cosecha récord y a un precio competitivo libre de aranceles.

El conflicto comercial representa una oportunidad directa para Sudamérica. En el caso argentino, aunque la producción de soja ha sufrido en campañas anteriores por cuestiones climáticas, la expectativa de mayores ventas a China se mantiene latente. Las exportaciones argentinas podrían capitalizar el escenario global si la tensión entre EE.UU. y China persiste o se agrava.
Brasil, por su parte, ya se posicionó como el mayor beneficiario. Su soja no enfrenta ninguna barrera comercial y llega a puertos chinos con ventajas logísticas y fiscales. Además, el país consolidó inversiones en infraestructura para abastecer en tiempo y forma a sus socios asiáticos, fortaleciendo aún más su papel como líder del mercado.
Impacto regional y mirada desde Argentina
Para el agro argentino, el conflicto entre los gigantes puede representar una oportunidad estratégica. En un contexto donde el Gobierno nacional busca ampliar mercados para la soja y los derivados industriales, una China menos dependiente de EE.UU. abre la puerta para incrementar ventas externas, siempre y cuando las condiciones macroeconómicas internas lo permitan.
Sin embargo, especialistas advierten que Argentina no puede competir solamente por ausencia de otros. La calidad del producto, la estabilidad institucional y la mejora en los márgenes de los productores son factores clave para aprovechar el escenario internacional.
Además, el precio internacional más bajo afecta de manera directa a los ingresos por exportación del país. La Bolsa de Comercio de Rosario estima que una baja de un dólar por bushel en Chicago implica una pérdida de hasta 600 millones de dólares para la Argentina, si se mantiene durante toda la campaña.
Un conflicto con consecuencias globales
La prolongación de la disputa entre EE.UU. y China no solo remodela el comercio agrícola bilateral. También altera los flujos de comercio global, la formación de precios internacionales y las estrategias productivas en América Latina. En este tablero, Brasil juega con ventaja, mientras Argentina busca reposicionarse y Estados Unidos presiona por una solución diplomática.
Los próximos meses serán clave para definir si esta ventana de oportunidad se consolida o si se esfuma ante un eventual acuerdo entre Washington y Pekín. El campo argentino, expectante, mira hacia Asia, pero también exige condiciones domésticas para aprovechar la coyuntura.