En la región núcleo, el ciclo agrícola 2025/26 marca un nuevo punto de inflexión en las decisiones de siembra. La relación soja/gramíneas —indicador que revela cuántas hectáreas de soja se destinan por cada una de trigo o maíz— se ubica en 1,4, muy cerca de su mínimo histórico de 1,23 registrado en la campaña 2021/22. Es un síntoma claro de que las gramíneas vuelven a ganar terreno en un contexto de márgenes ajustados, necesidad de estabilidad productiva y foco en sustentabilidad.
Según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), durante el ciclo 2014/15, ese índice había alcanzado su pico con un valor de 4,4. Desde entonces, los productores comenzaron a diversificar la rotación, incorporando trigo, maíz temprano y tardío. La presión de plagas como la chicharrita y la mejora tecnológica en gramíneas aceleraron ese proceso, desplazando poco a poco el dominio de la soja.
El viraje no es sólo agronómico: es también económico. Mientras el maíz y el trigo consolidan su lugar con mejores rindes y respuestas a la inversión en tecnología, la soja encuentra límites, sobre todo en su versión de primera siembra. En zonas con suelos restrictivos, los márgenes se vuelven negativos si se alquila el campo.
El girasol se afirma como cultivo defensivo frente al maíz tardío y la soja
Otro actor que vuelve con fuerza es el girasol. Durante la campaña 2024/25 se posicionó como una opción rentable y de bajo riesgo, especialmente en el noroeste bonaerense y el sudeste de Córdoba. Allí, donde antes dominaba el maíz tardío, la amenaza de la chicharrita y la incertidumbre climática favorecieron el regreso de esta oleaginosa.

Los números son claros. En campo propio, el girasol deja un margen de 219 dólares por hectárea, con rendimientos promedio de 20 qq/ha. En campo alquilado, si bien el margen baja a 60 dólares, sigue siendo superior al de la soja en suelos limitantes, donde incluso puede arrojar pérdidas. A esto se suman ventajas estratégicas: cosecha temprana, tolerancia a la sequía, posibilidad de sembrar cultivos de cobertura tras la recolección y bonificaciones por calidad comercial.
En paralelo, el sorgo mantiene su rol en ambientes más marginales, aunque sin la expansión observada en campañas previas. Y la soja de segunda aparece como una alternativa para recuperar área, en compensación con la retracción de la soja de primera.
Clima: lluvias intermitentes y un Atlántico más cálido marcan el ritmo de la campaña
Las condiciones meteorológicas también están influyendo en las decisiones de los productores. El océano Atlántico presenta un calentamiento moderado pero sostenido, lo que podría generar inviernos menos rigurosos si los vientos del noreste se imponen sobre los fríos del sur. Esto genera expectativas positivas para el desarrollo del trigo ya implantado y para las decisiones de siembra de la campaña gruesa.
En el corto plazo, se esperan chaparrones y tormentas aisladas entre el viernes 13 y el lunes 16 de junio en la zona núcleo, con temperaturas mínimas cercanas a 0°C en el sudoeste del área GEA. Estas condiciones podrían generar heladas localizadas. La humedad en los suelos sigue siendo elevada en muchos sectores, lo que retrasa algunas labores pero asegura un buen perfil hídrico.
Durante la semana anterior, las lluvias fueron escasas, con máximos de 8 mm en Córdoba, aunque la presencia de nieblas, rocíos y alta humedad foliar dificultaron el secado de los cultivos. Aun así, las reservas de humedad son óptimas en la mayor parte del centro-este del país.
Avanza la siembra de trigo: más del 55% implantado en la región núcleo
A pesar de las demoras por exceso de humedad, la campaña de trigo avanza con fuerza. En el centro-sur de Santa Fe, la siembra está casi terminada. En el sur de esa provincia, ya se completó el 45% del área. En el noreste de Buenos Aires, el avance es más lento debido al barro, pero ya se alcanzó el 20%. En el sudeste cordobés, el progreso va del 80% al 90%, consolidando un buen arranque para el ciclo 2025/26.
Los reportes por subzonas confirman esta tendencia:
Carlos Pellegrini: 85% del trigo sembrado y fuerte intención de aumentar también maíz temprano y soja de segunda.
Bigand: ritmo sostenido, con proyecciones de aumento en trigo y maíz temprano; recorte del 10% en soja de primera.
Pergamino-Colón: sólo el 20% del trigo implantado por excesos hídricos, pero se espera fuerte crecimiento de maíz.
Piedritas: entre 70% y 80% del trigo sembrado; leve alza en girasol y caída en soja de primera.
Monte Buey y Corral de Bustos: 80%-90% del trigo implantado, crecimiento proyectado de hasta 20% en maíz temprano.
Palabra de los técnicos y asesores: con gramíneas se consolida un nuevo modelo de rotación
Los informes técnicos de la Bolsa de Comercio de Rosario reflejan un cambio estructural en la planificación de los cultivos. El regreso del trigo y el crecimiento del maíz temprano configuran un modelo más equilibrado y sustentable. La soja, aunque sigue siendo un pilar, cede ante alternativas más rentables y resistentes a las inclemencias del clima y del mercado.
Este cambio responde a una doble necesidad: mejorar los márgenes en un contexto de insumos caros y precios ajustados, y recuperar productividad en los suelos, luego de años de monocultivo.