La Argentina exporta 95% de los porotos que produce a Brasil, Centroamérica, Europa y parte de Asia, entre otros destinos, y se posiciona así como uno de los mayores vendedores del mundo, destacó el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
Por ello, un equipo del Programa de Mejoramiento de Legumbres Secas en el Instituto de Investigación Animal del Chaco Semiárido (IIACS) del INTA Leales (Tucumán), trabaja en el desarrollo de variedades con ventajas competitivas para destacarse en el mercado.
En la actualidad, la genética desarrollada en el IIACS ocupa alrededor de 50% de la superficie total de producción de porotos del país, lo que representan alrededor de 500 mil hectáreas.
Según un informe del Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), en el primer cuatrimestre del año se exportaron 174.000 toneladas de legumbres por US$ 123 millones, 26% más que en igual período de 2022.
“El poroto es un cultivo de origen andino, originalmente adaptado a un clima templado y con temperaturas moderadas”, expresó el investigador del INTA Marcelo Gerónimo, quien explicó que “mediante un proceso de adaptación por selección y mejora genética, se logró su producción en otras zonas de mesoAmérica con temperaturas y humedad más elevadas”.
El cambio climático -mediante periodos de sequias y lapsos de temperaturas elevadas cada vez más frecuentes en momento críticos del cultivo- representan un desafío para la producción de poroto del futuro e impacta en el desarrollo del cultivo disminuyendo notablemente los rendimientos.
“Es muy importante la generación y selección de nueva genética que tenga la capacidad de tolerar y producir de manera aceptable en condiciones de altas temperaturas”, expresó Gerónimo, y aseguró que “dentro del proyecto de mejora genética de poroto del INTA se desarrolla un programa de selección de germoplasma en condiciones de elevadas temperaturas que cuenta con 12 años de trabajo”.
Más allá de esto, la mira también está puesta en el desarrollo de productos requeridos por los mercados internacionales.
“Tipos comerciales, tamaño del grano, sumado a la calidad nutricional diferenciada -mayor contenido de hierro o zinc- y las características culinarias, son algunas de las demandas que nos motiva constantemente a desarrollar nueva genética que cumpla con esas expectativas con el objetivo de garantizar la oferta y, por consiguiente, lograr la sustentabilidad de la producción”, completó.
Las variedades de porotos desarrolladas en el Programa de Mejoramiento Genético de Poroto se adaptan muy bien a las condiciones agroecológicas del NOA y poseen un buen potencial en el rendimiento al lograr que los granos posean muy buena calidad comercial.
Sin embargo, con el correr de los años y el aumento de la demanda internacional, las variedades se fueron adaptando a otros ambientes.