El default de Los Grobo, una de las empresas agropecuarias más emblemáticas de Argentina, dejó en shock a todo el sector. Tanto la compañía como su subsidiaria Agrofina anunciaron que no podrán cumplir con pagarés bursátiles y obligaciones negociables que suman US$10 millones, un golpe inesperado en medio de un contexto económico ya desafiante para el agro.
Este episodio pone en evidencia los problemas estructurales del sector agroindustrial argentino y genera interrogantes sobre el futuro de uno de sus principales actores.
Un gigante en aprietos: las causas del default de Los Grobo
Fundado por la familia Grobocopatel y ahora controlado en un 90% por el fondo de inversión Victoria Capital Partners, Los Grobo Agropecuaria es mucho más que un nombre en el agro argentino. Sin embargo, la reciente imposibilidad de cubrir un pagaré bursátil de US$100.000, vencido el 26 de diciembre, destapó una crisis financiera que venía gestándose.
La compañía comunicó a la Comisión Nacional de Valores (CNV) que no podrá afrontar los vencimientos hasta el 31 de marzo de 2025. Entre los factores que explican esta situación, destacan:
- Iliquidez del mercado bursátil: La retracción en la venta de pagarés ha dificultado la renovación de vencimientos.
- Dificultades operativas en el agro: Caída en los precios internacionales de commodities como la soja, sumado a un desplome del 30% en ventas de agroquímicos.
- Exceso de stock y baja demanda: Agrofina, la subsidiaria de Los Grobo, enfrenta un mercado saturado de fitosanitarios, lo que impacta directamente en su flujo de fondos.
Julieta Goia, Responsable de Relaciones con el Mercado, explicó que esta situación de “iliquidez transitoria” está siendo abordada con alternativas para priorizar compromisos clave.
El impacto del default en el agro argentino
La noticia del default de Los Grobo es un recordatorio de las vulnerabilidades del sector agropecuario argentino. Este incumplimiento, junto con casos similares como el de Surcos, crea incertidumbre en un mercado que depende de la confianza en instrumentos como los pagarés bursátiles.
Para el agro, el problema no es solo financiero. La caída de los precios internacionales, especialmente de la soja, ha puesto al límite a muchos productores. La tonelada de soja, que alcanzaba los USD 600 en 2023, cayó por debajo de los USD 300 este mes, un mínimo en 20 años. Esto agrava la rentabilidad de las exportaciones, especialmente en campos alquilados, donde los márgenes son más ajustados.
Según el analista Salvador Di Stefano, “los problemas de iliquidez de las empresas agropecuarias son una señal de que el sistema necesita ajustes profundos, especialmente en la estructura impositiva y en las políticas de retenciones”.
Un futuro incierto para Los Grobo y el sector agroindustrial
A pesar de la magnitud de la crisis, Los Grobo insiste en que su negocio es sostenible desde el punto de vista operativo. “Nuestra prioridad es continuar con las operaciones comerciales y de producción, y resolver esta situación de iliquidez temporal”, aseguraron voceros de la empresa.
Sin embargo, los desafíos son enormes. Según fuentes de la firma, la deuda financiera total asciende a US$150 millones, incluyendo compromisos con bancos y obligaciones negociables. Este contexto no solo afecta a Los Grobo, sino que también limita el acceso al financiamiento de otros actores del sector, que enfrentan condiciones más restrictivas en un mercado financiero tenso.
Además, los expertos advierten que, de no resolverse el problema, el default podría desencadenar movimientos de fusiones y adquisiciones en el agro. Empresas con dificultades financieras pero con un modelo de negocio sólido podrían convertirse en el objetivo de fondos de inversión que buscan capitalizar las debilidades del mercado.
La respuesta del sector y el camino a seguir
La crisis de Los Grobo también pone en evidencia la necesidad de políticas públicas que brinden alivio al agro. La elevada carga tributaria y la falta de incentivos para la inversión agravan la situación de un sector que aporta una porción significativa al PBI del país.
Productores y referentes del agro exigen una revisión de las retenciones a las exportaciones y mayores facilidades de acceso al crédito. “El campo no puede seguir operando con precios internacionales tan bajos y una presión fiscal tan alta. Necesitamos medidas concretas para salir adelante”, expresó un productor de Santa Fe.
En el caso de Los Grobo, las negociaciones para resolver su iliquidez podrían ser clave no solo para la empresa, sino para el sector en general. Según voceros, la firma planea anunciar nuevas estrategias financieras a principios de 2025, aunque los detalles aún no han sido divulgados.
El futuro inmediato
El default de Los Grobo no es un caso aislado, sino un síntoma de problemas estructurales en el agro argentino. A medida que la empresa busca soluciones para enfrentar su crisis de liquidez, el sector enfrenta el desafío de adaptarse a un contexto internacional desfavorable y a políticas internas que limitan su competitividad.
La incertidumbre persiste, pero también es una oportunidad para replantear las bases del agro y su relación con el sistema financiero. En el camino, empresas como Los Grobo deberán demostrar que pueden superar la tormenta y seguir siendo pilares de la economía nacional.