El respaldo de los acreedores supera las expectativas y consolida la propuesta de Molinos Agro y Louis Dreyfus Company como la salida más sólida para la agroexportadora.Por Redacción Palabra de Campo
El proceso de reestructuración de Vicentin S.A.I.C. entró en su tramo final con un dato clave: Molinos Agro y Louis Dreyfus Company (LDC) confirmaron que superaron las 1.100 adhesiones de acreedores, y proyectan cerrar con más del 70% de conformidades antes del vencimiento del plazo judicial, fijado para este viernes 31 de octubre a las 23:59 horas.
La información fue confirmada por ambas compañías, que destacaron el respaldo como un gesto de confianza del mercado hacia una propuesta seria, sustentable y con visión de largo plazo. “Buscamos brindar una salida responsable para Vicentin, fortaleciendo la confianza en el proceso, garantizando la recuperación de los créditos en condiciones justas y verificables, y manteniendo los puestos de trabajo”, expresaron desde las firmas.
“Considerando las adhesiones ya recibidas y el ritmo en el que continúan llegando, proyectamos alcanzar más del 70% de conformidades al cierre de la votación”, aseguraron, enfatizando que no existe riesgo alguno de quiebra para Vicentin y que la propuesta permanecerá abierta hasta el cierre del plazo judicial.
Una definición que marcará el futuro del sector
El caso Vicentin, que lleva casi seis años en los tribunales, se convirtió en uno de los procesos concursales más complejos de la historia agroindustrial argentina. La compañía, con sede en Avellaneda (Santa Fe), entró en default en diciembre de 2019 tras una abrupta cesación de pagos a productores, cooperativas y entidades financieras por más de 1.400 millones de dólares.
Desde entonces, el proceso judicial atravesó múltiples etapas, propuestas y rechazos. La alianza entre Molinos Agro y LDC, anunciada este año, implicó una reconfiguración del salvataje, con el objetivo de ofrecer una salida ordenada, transparente y viable para la empresa y sus acreedores.
Fuentes vinculadas al expediente explicaron que el plan de estas dos firmas se impuso como la alternativa más sólida frente a otros intentos de reestructuración que no lograron consenso. La propuesta, destacan, combina capacidad operativa, solidez financiera y presencia global: Molinos Agro —brazo industrial del Grupo Pérez Companc— y Louis Dreyfus —uno de los principales traders del mundo— aportan experiencia, red logística y capital para sostener la continuidad de la compañía.
El valor del consenso y el desafío judicial
El respaldo de más de mil acreedores refleja un cambio de clima respecto de meses anteriores, cuando predominaban las dudas sobre la viabilidad de cualquier propuesta. Para analistas del sector, la cantidad de adhesiones alcanzadasdemuestra que los acreedores priorizan una salida consensuada antes que una liquidación judicial, que podría afectar a toda la cadena comercial del norte santafesino.
Además, el avance del acuerdo despeja el riesgo de quiebra inminente, una posibilidad que se barajó durante gran parte del año. La confirmación de que no existen condiciones para ese escenario generó tranquilidad en los mercados y en la industria cerealera, que observa el desenlace del caso como un termómetro de confianza institucional.
Voceros del sector explican que, si bien el juez deberá homologar la propuesta tras el cierre del plazo, el nivel de aceptación logrado “marca un antes y un después” en la historia reciente del agro argentino. “Es una señal positiva: demuestra que, cuando hay seriedad y voluntad de negociación, se pueden recuperar activos estratégicos sin destruir valor ni empleo”, expresó un empresario exportador de la zona de San Lorenzo.
Qué implica la propuesta
El plan de Molinos Agro y Louis Dreyfus busca recomponer la operatividad de Vicentin, mantener su capacidad exportadora y asegurar la continuidad laboral de sus plantas en Avellaneda, Ricardone y San Lorenzo. En paralelo, prevé un esquema de pagos progresivo y auditable para los acreedores, con control judicial y transparencia en cada instancia.
Las compañías remarcaron que el eje de su iniciativa es restablecer la confianza de todos los actores vinculados al negocio agroexportador. “Queremos consolidar una salida que preserve la competitividad del sistema y refuerce la previsibilidad institucional”, aseguraron.
En el plano operativo, fuentes cercanas a la negociación indicaron que ya se trabaja en un esquema de gestión integrada, donde Vicentin podría retomar actividades comerciales y de procesamiento bajo supervisión compartida, una vez aprobado el plan definitivo.
El impacto en la cadena agroexportadora
La eventual resolución favorable del concurso marcará un hito en un contexto donde la agroindustria argentina busca recuperar volumen exportador y credibilidad financiera. La normalización de Vicentin permitiría reincorporar capacidad de molienda y embarque en los puertos del Gran Rosario, además de recuperar relaciones comerciales con mercados estratégicos.
Consultores del sector explican que, más allá de la cuestión judicial, el caso Vicentin fue un símbolo de la fragilidad institucional del sistema agroexportador, y que su reactivación bajo gestión profesional representaría un punto de inflexión hacia un nuevo ciclo de estabilidad.
En ese sentido, las más de 1.100 adhesiones confirman un consenso que parecía improbable hace apenas unos meses. El proceso se encuentra ahora en su fase decisiva: si el juez homologa la propuesta antes de fin de año, la empresa podría salir formalmente del concurso y encaminar un plan de normalización productiva durante 2026.
