Las últimas lluvias han traído un alivio bien recibido para los productores argentinos, quienes reportan avances en la siembra y mejoras en las condiciones hídricas. En el caso de la soja, la proyección de área sembrada se ajustó a 18,6 millones de hectáreas (MHa), y ya se ha sembrado el 7,9 % de esta superficie, logrando un progreso intersemanal de 5 puntos porcentuales. Este avance representa un adelanto de 1,8 puntos en comparación con la campaña anterior, y se espera que, con un mayor acceso a agua en el suelo, la siembra continúe de manera sostenida en el centro de la región agrícola.
Para el maíz destinado a grano comercial, el avance ha sido algo más lento, con un incremento de solo 2,7 puntos porcentuales, situándose en el 37,2 % de las 6,3 MHa proyectadas. Sin embargo, la condición de estos cultivos es favorable, con el 89 % del área en condiciones de Normal a Excelente. En provincias clave como Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos, la siembra temprana de maíz ya ha concluido, y se espera un nuevo impulso en la siembra cuando se abra la ventana para el ciclo tardío a partir del 20 de noviembre.
Sorgo y girasol: cultivos en crecimiento impulsados por la demanda y el clima
El sorgo, uno de los cultivos que mayor impulso ha recibido esta temporada, registra un avance de siembra del 13,2 % sobre el millón de hectáreas proyectadas para 2024/25. La menor intención de siembra de maíz y el incremento de áreas destinadas al sorgo en zonas como el noreste argentino (NEA) y el centro-norte de Santa Fe respaldan esta expansión. En Córdoba, a pesar de su menor peso en la producción de sorgo, se proyecta un aumento del área sembrada en un 19 % gracias a las recientes lluvias. Sin embargo, el acceso a semillas con tecnología de control de malezas y resistencia al pulgón amarillo se mantiene como un desafío que podría limitar el potencial de crecimiento del cultivo.
Por otro lado, el girasol ha visto un ajuste en su proyección de área debido a las lluvias y a un aumento en su rentabilidad. La superficie destinada al girasol creció en 50.000 hectáreas, alcanzando los 2 MHa. Este ajuste también elevó la proyección de producción a 4,1 millones de toneladas, con el 71,7 % del área sembrada en buenas condiciones. Las lluvias recientes han mejorado la humedad en el suelo, promoviendo una germinación uniforme y buenos índices de emergencia en las primeras etapas de desarrollo de las plantas.