En Misiones, la industria yerbatera enfrenta un momento crítico. Productores y trabajadores rurales han decidido unirse en un paro yerbatero, buscando precios justos para la materia prima y la restitución de las funciones del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM). Este movimiento surge como respuesta a las medidas de desregulación adoptadas por el gobierno y la sobreoferta que ha depreciado los ingresos del sector.
Una industria clave en crisis
La yerba mate no solo es el alma de la economía misionera, sino que también genera empleo y dinamiza las economías locales. Sin embargo, el sector atraviesa serios problemas tras la implementación del decreto 70/2023, que eliminó las facultades del INYM para fijar precios y regular la oferta de hoja verde. Esto ha dejado a productores y tareferos en una posición de vulnerabilidad frente a la molinería.
Ana Cubilla, secretaria general del Sindicato Único de Obreros Rurales (SUOR), destacó que los precios actuales no cubren los costos básicos: “Un kilo de hoja verde debería valer $100 para que los tareferos puedan vivir dignamente. Hoy los precios están muy por debajo de ese mínimo”.
El inicio del paro yerbatero
El lunes pasado, más de 150 productores se reunieron en Comandante Andresito para tomar una decisión histórica: no iniciar la cosecha de diciembre, conocida como zafriña, hasta lograr un precio digno por la hoja verde. En una carta firmada por los asistentes, solicitaron el apoyo de toda la provincia y del sector político para esta causa.
El paro, aunque programado para diciembre, ya genera tensiones en la industria. Los productores esperan que esta medida obligue a los molinos a negociar mejores precios, especialmente después de una cosecha récord que dejó elevados niveles de stock.
Impacto económico y social
El conflicto no afecta solo a los productores, sino también a los tareferos y a toda la cadena de valor yerbatera. “Si los precios no mejoran, el impacto llegará a los comercios locales, las cooperativas y los secaderos”, advirtió Cubilla. En Misiones, la yerba mate representa la principal fuente de ingresos para muchas familias, lo que convierte este paro en un asunto de interés regional y nacional.
Cubilla también resaltó la importancia de fijar precios justos basados en el costo de vida actual: “No podemos aceptar precios de hace un año cuando la inflación y los costos siguen subiendo”.
La lucha por la regulación
El reclamo (paro yerbatero) incluye la restitución del INYM como ente regulador del mercado. Para los productores, esta institución fue clave para mantener un equilibrio entre los actores del sector. Su ausencia ha creado un escenario de incertidumbre, donde la molinería fija precios que no son sostenibles para los pequeños productores.
Además, desde el SUOR plantean que se debe cambiar el enfoque: primero garantizar un salario digno para los trabajadores y luego establecer un precio base para los productores. Según Cubilla, este modelo podría beneficiar a toda la cadena yerbatera.
Un llamado a la unidad
En este contexto, los productores y trabajadores rurales hacen un llamado a la unidad de todos los sectores involucrados con este paro yerbatero. Desde cooperativas hasta comercios locales, todos dependen de la estabilidad del mercado yerbatero. “Este paro no es solo por un precio, es por el futuro de toda una provincia que vive de la yerba mate”, concluyó Cubilla.