Mayo cierra con un fenómeno climático excepcional en el noreste de Buenos Aires: las precipitaciones alcanzaron entre 200 y 500 mm, valores que pulverizan los registros históricos y colocan a gran parte de la región núcleo en situación crítica. Según el informe de GEA-BCR, el 40% de la región muestra excesos hídricos y suelos saturados, lo que compromete gravemente la siembra de trigo y prolonga la recolección de soja.
Chacabuco es el caso más extremo, con 498 mm acumulados en el mes, cifra que duplica el máximo histórico de los últimos 20 años. En 2024, el promedio de lluvias en la región fue de apenas 8 mm; este año, supera los 110 mm.
La siembra de trigo avanza solo un 2% y hay riesgo de perder hectáreas en el norte bonaerense
La intención de siembra triguera apuntaba a crecer un 10% respecto al ciclo anterior, con una meta de 1,66 millones de hectáreas. Sin embargo, apenas se logró implantar el 2% del área, cuando hace un año ya se había alcanzado el 12%.

El norte bonaerense, que representa el 20% del trigo de la región, está particularmente comprometido. Los técnicos advierten que podría haber una caída significativa en el área sembrada, no solo por la humedad excesiva sino también por márgenes económicos ajustados. En campo propio, el cultivo apenas deja 90 u$s/ha, y en campo alquilado se registran pérdidas de 61 u$s/ha.
Además, otros cultivos de invierno como arveja y crucíferas también están en duda. Desde General Pinto señalan que no hay movimiento de maquinaria ni consultas por insumos, lo que refleja una fuerte retracción de la actividad.
En sectores del sudeste cordobés y sur de Santa Fe, la rotación y la buena humedad en el perfil sostienen las intenciones de siembra, aunque todavía no se ha podido avanzar por las condiciones del suelo. En Carlos Pellegrini, Corral de Bustos y Bigand, los productores planean sembrar un 10% más que en 2024 si el clima lo permite.
La soja de segunda sigue bajo agua y preocupa el futuro de la campaña gruesa
El exceso de lluvias no solo frena la campaña fina. Aún quedan 250.000 hectáreas de soja sin cosechar en el norte bonaerense. En partidos como San Pedro, Baradero y Arecifes, entre el 10% y el 20% de la soja de segunda sigue sin recolectarse, con granos de alta humedad (17%) y caminos rurales intransitables.
En 9 de Julio, la situación es crítica: la mitad de los lotes de soja siguen sin trillar y los caminos rurales están cortados desde hace dos meses. En General Pinto y Carlos Casares también queda un 15% a 30% de soja por levantar, especialmente de segunda.
Heladas oportunas: el frío ayuda al secado y combate plagas
El 29 de mayo trajo temperaturas bajo cero en buena parte de la región núcleo. En Córdoba, Colonia Almada y Hernando registraron -3°C. En Santa Fe, Carlos Pellegrini marcó -2,1°C. En Chacabuco, -1,7°C.

El frío fue bien recibido por los productores, ya que favorece el secado de los lotes anegados y combate la presencia de maíces guachos y chicharrita, una amenaza que preocupa desde el ciclo anterior. “Las heladas eran muy esperadas para ayudar a reducir su población”, destacó la BCR.
Proyecciones económicas: el trigo pierde atractivo frente al maíz temprano
Con márgenes limitados, el trigo sólo se sostiene en rotación con soja de segunda. En combinación, el resultado mejora a 397 u$s/ha en campo propio y 37 u$s/ha en campo alquilado.
En cambio, el maíz temprano aparece como una opción más rentable: con rindes esperados de 100 qq/ha, ofrece 434 u$s/ha en campo propio y 89 u$s/ha alquilado, lo que podría reorientar decisiones agronómicas si el tiempo no permite sembrar trigo a tiempo.