• Bajo volumen de soja por comercializar, nuevo programa de liquidación de divisas para las exportaciones e impacto sobre el mercado de futuros agropecuarios.
La brutal sequía que atravesó Argentina dejó una producción de soja estimada por GEA-BCR de 20,0 Mt para la campaña 2022/23, volumen que no sólo advierte un descenso interanual del 53%, sino que se muestra como el más bajo en lo que va del siglo.
En el marco de esta magra cosecha, los datos oficiales muestran que al 18 de octubre las ventas de la oleaginosa tanto a la industria como a la exportación totalizaban 15,7 Mt de la producción de soja de la campaña en curso, lo que implica que el 78% de la cosecha 2022/23 ya se encuentra comercializada. Este guarismo supera al de igual período del año anterior, cuando se había comercializado el 73% de la cosecha, y al promedio de las últimos 5 campañas, que alcanza el 74% de la producción para la misma fecha. Además, se muestra como el porcentaje más alto desde la campaña 2017/18.
De acuerdo con los datos mencionados y con estimaciones propias sobre la variación de stocks entre campañas y el uso interno de la oleaginosa como semillas, balanceados y otros, se observa que la disponibilidad de soja por vender alcanza apenas 2,7 Mt.
Por su parte, el pasado 25 de octubre finalizó oficialmente la prórroga de la quinta edición del Programa de Incremento Exportador (PIE V) o “dólar soja 4”. No obstante, en esta semana el ministro de Economía estableció a través del Decreto 549/2023 el lanzamiento de un nuevo programa para la liquidación de exportaciones de servicios y de mercaderías a un tipo de cambio diferencial. Mediante el mismo, se reglamentó que las divisas obtenidas de las exportaciones efectuadas entre el 23 de octubre y el 17 de noviembre deberán liquidarse en un 70% en el mercado único y libre de cambios (MULC); esto es, al tipo de cambio oficial, mientras que para el 30% restante el exportador debe concretar operaciones de compraventa con títulos valores adquiridos con liquidación en moneda extranjera y vendidos con liquidación en moneda local.
Este nuevo régimen de liquidación de divisas, sumado a la baja disponibilidad de soja por vender, ha mostrado un claro impacto alcista en los precios de los mercados de futuros locales, principalmente en los contratos de soja noviembre. Dado que el reglamento del Matba-Rofex establece que los cobros y pagos de los contratos denominados en dólares se realizan en pesos al tipo de cambio de referencia publicado por la institución; es decir, al tipo de cambio oficial, los operadores del mercado debieron ajustar la cotización de los contratos en dólares para reflejar el nuevo régimen que estará vigente durante gran parte del próximo mes.
Cabe mencionar, de todos modos, que los contratos ya venían mostrando subas previo a la publicación de la nueva disposición, por una demanda de la oleaginosa que no encuentra respaldo en el bajo volumen de producción disponible para vender. Como se puede observar en el gráfico, el aumento de la cotización del contrato de soja noviembre en el Matba-Rofex responde a factores meramente locales, ya que los precios en el mercado internacional no mostraron la misma tendencia alcista que en el mercado argentino.
En cuanto al mercado físico de granos, el mismo no mostró mayor dinamismo durante la semana.
• Llegaron las lluvias a la zona núcleo y contribuye a la siembra de la gruesa.
Durante el último fin de semana y la semana en curso, se registraron las tan esperadas y necesarias lluvias sobre buena parte de la Región Pampeana. Según destaca el último informe semanal de GEA, las áreas más beneficiadas fueron el extremo sudoeste de Santa Fe, el sur de Córdoba, el noroeste de Buenos Aires, con registros de 40 a 100 mm, y Entre Ríos con registros superiores a los 60 mm. La Pampa y el sur de Buenos Aires tuvieron registros menores y de distribución más heterogénea. También se menciona que, aunque no se ha normalizado el nivel de las reservas de agua en suelo, excepto en la Mesopotamia, es notorio el cambio de tendencia. De esta manera, el 90% de la región núcleo acumuló lluvias por encima de los 30 mm, con un promedio de 45,5 mm para toda la zona, lo cual no sólo ayudará a impulsar las actividades de siembra de soja de primera en la región sino también a mejorar el crecimiento de los lotes implantados de maíz.
En cuanto al avance de siembra del cereal, los datos oficiales muestran que durante la última semana la implantación del cultivo progresó 2 p.p., lo que advierte un avance promedio total de 20% en el país, 1 p.p. por delante de los registros de igual fecha del año anterior. No obstante, la siembra continúa retrasada en relación con los promedios históricos, considerando que en los últimos 5 años el avance promedio de la siembra de maíz era del 35% para el mismo período.
Las condiciones climáticas extremas en Brasil podrían impactar en la siembra de la gruesa.
Brasil es uno de los productores agrícolas más grandes del mundo, ocupando el primer puesto entre los productores mundiales de soja y el tercer puesto en el caso del maíz. Adicionalmente, sus exportaciones de soja lideran el mercado, mientras que en la campaña actual sus ventas externas de maíz llevaron a que el país desplace a Estados Unidos y se posicione también como el primer exportador mundial del cereal.
Actualmente, se observa que Brasil presenta una sequía en el norte del país que no sólo interrumpe los envíos de granos por barcaza a nivel local, sino que ralentiza la siembra de sus cultivos. En relación con el transporte de granos, la falta de lluvias ha llevado a los afluentes del río Amazonas al nivel más bajo en más de un siglo. De hecho, se advierte que en algunas zonas de la Amazonia se registraron entre julio y septiembre las menores lluvias desde 1980 y el nivel de las aguas en el puerto de Manaos, la ciudad más poblada de la región, ha alcanzado su nivel más bajo desde que comenzaron los registros en 1902. En este contexto, los exportadores brasileños de granos se encuentran desviando algunos cargamentos de exportación a terminales portuarias del sur en lugar de los puertos del norte, lo cual presenta una preocupación dado que las rutas navegables del norte del país han sido fundamentales para ayudar a Brasil a aumentar las exportaciones de maíz y soja en los últimos años.
Pero mientras la mayoría de los estados del país experimentaron un déficit de precipitaciones, especialmente en el noreste, en el sur de Brasil se observa un exceso de lluvias debido a la presencia de un año Niño, con los estados de Rio Grande do Sul y Santa Catarina con el mayor volumen de precipitación acumulada. Estos grandes volúmenes de lluvia podrían elevar los niveles de almacenamiento de agua en el suelo por encima del 90%, generando un excedente de agua principalmente en el sur del país.