La cerealera Vicentin, una de las principales empresas agroindustriales de Argentina, atraviesa una compleja situación financiera que llevó al cierre temporal de sus plantas en Ricardone y Avellaneda, en la provincia de Santa Fe. Tras este parón, la compañía evalúa reactivar sus operaciones con el apoyo de proveedores clave y ofreciendo adelantos salariales a sus empleados.
A principios de abril de 2025, Vicentin anunció el “cierre seguro” de sus plantas en Ricardone y Avellaneda debido a la falta de contratos de procesamiento para terceros y a la incertidumbre generada por procesos judiciales pendientes. Esta decisión afectó a aproximadamente 1.500 empleados, generando preocupación por el pago de salarios y la continuidad de las operaciones.
Propuestas de reactivación y apoyo salarial
En un giro reciente, Vicentin informó que la Unión Agrícola Avellaneda y Bioenergías SA ofrecieron adelantar el 50% del valor de los servicios de procesamiento de girasol y etanol, respectivamente. De confirmarse estos acuerdos, la empresa podría reactivar ambas plantas y abonar un adelanto del 25% de los salarios correspondientes al mes de marzo. Además, se proyecta otro pago similar para finales de abril, siempre que se mantengan las condiciones operativas y no haya interrupciones en los servicios de electricidad y gas.
La reactivación de las plantas también está condicionada a la resolución de procesos judiciales en curso. La Corte Suprema de Santa Fe debe decidir sobre la homologación del concurso de acreedores iniciado en 2020. Una decisión favorable permitiría a Vicentin formalizar acuerdos con proveedores y regularizar pagos. Mientras tanto, el juez Fabián Lorenzini ha convocado a los directivos de la empresa a una audiencia para explicar los motivos del cierre y presentar un plan de acción para la reapertura de las plantas y el pago de salarios.
La posible reapertura de las plantas de Vicentin es crucial para la economía regional de Santa Fe. Estas instalaciones no solo generan empleo directo para cientos de trabajadores, sino que también impactan en la actividad económica local, incluyendo proveedores y servicios asociados. La reactivación contribuiría a la estabilidad laboral y al dinamismo económico de la zona.
La situación de Vicentin refleja los desafíos que enfrentan las empresas agroindustriales en contextos de crisis financiera y judicial. La búsqueda de acuerdos con proveedores y el compromiso con el pago de salarios son pasos positivos hacia la normalización de sus operaciones. Sin embargo, la resolución de los conflictos legales y la consolidación de acuerdos comerciales serán fundamentales para garantizar la estabilidad y el crecimiento sostenible de la empresa en el futuro.