En los últimos años, las malezas latifoliadas como Amaranthus, Conyza y Crucíferas han ganado terreno en los lotes agrícolas del país. Su resistencia a diversos modos de acción ha convertido su control en un problema técnico cada vez más complejo. A esto se suma el contexto de márgenes productivos estrechos, que obliga a maximizar la eficiencia en cada aplicación. Frente a este panorama, FMC propone soluciones estratégicas basadas en tecnología probada y versatilidad agronómica.
Durante una jornada técnica en el NOA, el Ingeniero Agrónomo Martín Macaione, referente de Desarrollo Técnico de Mercado de FMC, subrayó la importancia de contar con herramientas efectivas y adaptables a distintas regiones. En particular, destacó el papel del herbicida Shark, cuyo principio activo, el Carfentrazone, actúa como inhibidor de la enzima protoporfirinógeno oxidasa (PPO) y se caracteriza por su acción de contacto.
“Dejar el lote abierto tiene suma importancia”, afirmó Macaione al explicar por qué la ausencia de residualidad en el suelo que ofrece Shark resulta clave. Esta característica le otorga gran flexibilidad para rotaciones posteriores, algo fundamental cuando cada decisión agronómica repercute directamente sobre la rentabilidad.
Shark cuenta con registro para barbechos químicos, pero también como desecante en cultivos como el girasol, y como defoliante en algodón, ampliando su utilidad más allá del manejo de malezas. A su vez, está habilitado para aplicaciones en post-emergencia de malezas pequeñas en trigo, en especial aquellas resistentes a los inhibidores de ALS.
Aplicaciones eficientes y tecnología en cofactores: la clave está en el detalle contra las malezas
La eficiencia del control de malezas no depende solo del producto, sino de cómo se aplica. Por eso, el Ing. Macaione recomienda usar Shark en combinación con glifosato y 2,4-D, respetando siempre las dosis de registro. Como se trata de un producto de contacto, la calidad de aplicación es determinante.
En esa línea, el cofactor Biofusión, también desarrollado por FMC, se presenta como una solución tecnológica de última generación. Basado en una formulación con liposomas, este producto actúa como un verdadero carrier, encapsulando el principio activo y asegurando su llegada al sitio de acción dentro de la maleza.
“El liposoma evita que el principio activo interactúe con el medio externo o con impurezas del caldo de aplicación, lo que previene pérdidas de eficiencia”, explicó Macaione. Esta propiedad no solo garantiza un mayor impacto sobre la maleza, sino que además genera un caldo más estable y compatible, facilitando su uso en condiciones diversas.
La sinergia entre Shark y Biofusión permite a los productores maximizar la acción herbicida en un contexto desafiante. Según FMC, ambos productos ya han demostrado alta aceptación y se utilizan de manera extensiva en distintas zonas agrícolas del país, especialmente donde el control de malezas resistentes se volvió una prioridad ineludible.