La campaña 2024/25 de girasol finalizó con una producción total de 5 millones de toneladas, superando ampliamente las proyecciones iniciales y consolidándose como una de las grandes sorpresas del ciclo agrícola argentino. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires confirmó el dato y destacó que los altos rendimientos logrados en el norte y el oeste del país fueron decisivos, incluso en un contexto climático desafiante en varias zonas.
La superficie sembrada fue de 1,8 millones de hectáreas, mientras que el rendimiento promedio nacional se ubicó en 24,9 quintales por hectárea, lo que representa una mejora del 10 % respecto a la campaña anterior. Este avance fue posible gracias al comportamiento del cultivo en regiones como Chaco, La Pampa, oeste bonaerense y sectores del norte de Santa Fe y Santiago del Estero, que respondieron muy bien pese a las irregularidades del clima.
El buen clima al cierre del ciclo consolidó el rendimiento del girasol
Los técnicos coinciden en que una combinación de factores climáticos clave permitió alcanzar los 5 millones de toneladas. Las lluvias en etapa de llenado de grano fueron fundamentales para consolidar el potencial en muchas zonas. En General Villegas y Trenque Lauquen, la recuperación hídrica llegó en el momento justo y permitió sostener la productividad.
En Chaco y norte de Santa Fe, el cultivo logró cerrar su ciclo antes de las condiciones más extremas que afectaron a otras producciones, como la soja de segunda. El girasol, con su ciclo corto y resistencia a la sequía, escapó al impacto y completó su desarrollo sin sobresaltos. Además, la calidad del grano fue destacada por los acopios, que reportaron alto contenido de aceite y bajo nivel de humedad, dos características muy valoradas por la industria.
En las regiones del sur, si bien los resultados fueron algo más moderados, la mejora térmica de marzo ayudó a completar el llenado y maduración del grano. En general, los rindes se ubicaron levemente por debajo del promedio histórico, pero mantuvieron un desempeño aceptable que contribuyó al total nacional.
El girasol se posiciona como una alternativa rentable y estratégica
El desempeño del girasol en esta campaña reafirmó su valor como una opción rentable, estable y de bajo riesgo, especialmente en áreas donde otros cultivos enfrentan mayores dificultades agronómicas o climáticas. Frente a la incertidumbre del mercado de soja y el comportamiento errático del clima, el girasol volvió a destacarse como una opción confiable.
Según datos del Ministerio de Agricultura, el margen bruto del girasol superó al del maíz tardío en zonas como La Pampa y el oeste de Buenos Aires. Esta ventaja se sostuvo en parte por los buenos precios del aceite de girasol en el mercado internacional, que se mantuvieron firmes incluso ante el aumento global de oferta desde el Mar Negro.

Además de los precios, los menores costos operativos y la posibilidad de realizar una siembra temprana —que permite liberar los lotes con antelación para la campaña fina— consolidaron su atractivo. En este contexto, muchos productores consideran que el girasol recuperó un lugar central en la rotación agrícola, sobre todo en ambientes restrictivos.
Proyecciones positivas, pero con desafíos logísticos
De cara a la campaña 2025/26, los especialistas proyectan que la intención de siembra podría incrementarse si se mantienen las condiciones de rentabilidad. Sin embargo, la competencia con el maíz temprano y la evolución del clima invernal serán determinantes. La disponibilidad de agua en los perfiles y la relación insumo/producto jugarán un papel clave en las decisiones de los productores.
Otro factor crucial será la oferta de híbridos de girasol con alto contenido de aceite y tolerancia al estrés hídrico, tecnologías que demostraron excelente desempeño este año. Las principales empresas semilleras ya reportan una mayor demanda de semilla en regiones como el NEA y el centro-sur pampeano.
En paralelo, el crecimiento de la producción plantea nuevos desafíos logísticos e industriales. Si bien las exportaciones de aceite de girasol crecieron un 12 % interanual —impulsadas por la demanda de India y Europa—, la capacidad de molienda está al límite. El sector exportador advierte que se necesita mejorar infraestructura portuaria y transportepara sostener esta competitividad en el largo plazo.