Contra todos los pronósticos, la campaña agrícola 2024/25 está dejando números mucho más alentadores de lo que se esperaba en plena sequía. Según el último informe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario, la cosecha de soja alcanzaría los 48,5 millones de toneladas, un salto de tres millones respecto al informe anterior, gracias a rindes muy por encima de lo esperado en toda la región pampeana.
Este salto productivo se explica, en buena parte, por el esfuerzo técnico y profesional de los productores, que no abandonaron sus lotes aún en los momentos más críticos. Durante las semanas de calor extremo en enero y febrero, muchos mantuvieron las aplicaciones sanitarias y controlaron plagas como arañuelas y trips, apostando a que las lluvias llegarían a tiempo. Lo cierto es que el llamado “efecto Atlántico” —un cambio en la circulación atmosférica que permitió el ingreso de humedad desde el este— terminó beneficiando en forma decisiva a cultivos que parecían perdidos.
Soja de segunda: el “partido imposible” que se dio vuelta
Uno de los datos más sorprendentes del informe es la recuperación de la soja de segunda. A mediados de febrero, se estimaban pérdidas severas: hasta el 70% de los rindes y más de 780.000 hectáreas sin cosechar. Sin embargo, muchas de esas áreas —en especial en el norte de Buenos Aires— terminaron rindiendo por encima de los 20 quintales por hectárea. En Entre Ríos, donde se esperaba un promedio de 20 qq/ha, la realidad superó con creces esa cifra: el promedio provincial se elevó a 27,5 qq/ha, igualando incluso el rendimiento de la soja de primera.

Los rindes actuales “no los hubiésemos creído en enero o febrero”, señalan desde la región núcleo. La mejora se hizo sentir en casi todas las provincias pampeanas, con Santa Fe a la cabeza, logrando un promedio de 35,4 qq/ha y sumando casi un millón de toneladas a la producción nacional. Le siguen Córdoba, Buenos Aires y Entre Ríos, que también ajustaron sus proyecciones al alza.
A nivel nacional, el avance de la cosecha ya alcanza el 66% y la superficie sembrada se ubicó en 17,75 millones de hectáreas, con 1,25 M ha que no serán cosechadas.
Trigo: el clima mejora y se proyecta la mayor siembra en 15 años
El trigo también protagoniza un escenario optimista. Para la próxima campaña 2025/26, la GEA estima que la superficie sembrada podría llegar a 7,2 millones de hectáreas, lo que representaría la mayor área en 15 años. La última vez que se superó ese número fue en 1982/83, con 7,4 M ha.
Las condiciones hídricas tras el rebote de lluvias entre fines de febrero y abril son incluso mejores que las registradas en mayo de 2021, año de cosecha récord. Si se consolida un rinde promedio de 30,5 qq/ha y se descuentan las hectáreas que no entrarían en el circuito comercial, el horizonte de producción para el trigo rondaría las 21 millones de toneladas.
Factores clave como las lluvias previstas por encima de lo normal hasta noviembre y la baja en los precios de la ureaestán impulsando la decisión de los productores de apostar nuevamente por el cereal. No obstante, el informe advierte que en campos alquilados, los rindes de indiferencia son altos, por lo que será necesario invertir en tecnología para asegurar la rentabilidad.
Maíz: se mantiene la meta de 48,5 Mt pese a rindes dispares
El maíz, por su parte, lleva cosechado el 38% del área sembrada, un ritmo algo más rápido que el de la campaña pasada. Sin embargo, los rindes siguen siendo desparejos. Las siembras tempranas no lograron alcanzar los promedios históricos, mientras que los maíces tardíos aún podrían aportar resultados mejores en los próximos cortes.
La estimación nacional se mantiene en 48,5 Mt, con un área sembrada de 8,3 millones de hectáreas, de las cuales 1,3 millones no serían cosechadas. El rinde promedio nacional permanece en 69,2 qq/ha, con Santa Fe liderando en productividad con 80,5 qq/ha, seguida por Córdoba (78,7 qq/ha) y Buenos Aires (68,2 qq/ha).