Un equipo de investigación integrado por especialistas de la Argentina y de Perú– determinó que existe una vinculación entre la diversidad de plantas y el suministro de servicios ecosistémicos que brindan, en función del potencial que poseen para producir carne y lana. El estudio fue publicado recientemente en la revista Rangeland Ecology & Management de la Editorial Elsevier.
Conocer con precisión el rol ecológico-ambiental y productivo-económico de los recursos naturales es imprescindible para resguardarlos y valorarlos. Por esto, un equipo de investigadores de la Argentina y de Perú se enfocó en el estudio de la relación que existe entre la diversidad de plantas y los servicios que brindan, mediante el potencial para producir carne y lana.
Pablo Peri –responsable del grupo Forestal, Agrícola y Manejo del Agua (FAMA) del INTA Santa Cruz– resaltó la importancia de contar con esos datos es que los productores sepan que sostener la diversidad es sostener la producción. “Mantener la biodiversidad nos da más dinero y, gracias a este estudio, sabemos cuánto más o qué porcentaje de los ingresos de los campos se perderían si no se cuida la biodiversidad. Además de ser más resistentes al cambio climático”, expresó.
La investigación, publicada recientemente en la revista científica Rangeland Ecology & Management de la Editorial Elsevier, determinó una correlación entre la diversidad de plantas y el suministro de servicios ecosistémicos estimados a través del potencial para producir carne y lana. Además, demostraron que niveles más altos de diversidad vegetal confieren niveles más altos de resistencia de los ecosistemas a los impulsores del cambio climático global, medida como la capacidad de mantener la productividad a lo largo del tiempo.
Mediante la utilización de precios de commodities listados por el INTA en febrero de 2020 de US$ 7,63 el kilo para lana y US$ 185 por oveja adulta (carne), el equipo de investigación pudo establecer que una reducción de la diversidad de 50 % (es decir, de 30 a 15 especies por km2) daría como resultado una pérdida neta de ingresos equivalente al 14 % u 86 dólares estadounidenses por hectárea al año.