En los últimos dos años y medio hubo una mejora sustancial de precios internacionales, primero impulsada por la política monetaria de Estados Unidos y los principales bancos centrales del mundo, y luego por la guerra Rusia-Ucrania, con mayor impacto en el trigo y el girasol.
“Sin embargo, así como hubo una mejora de los precios internacionales, se dio una baja abrupta del tipo de cambio oficial real, lo que afecta de manera negativa la competitividad cambiaria de la producción agrícola. De hecho, a raíz de este atraso es que fueron necesarias las dos ediciones del Dólar Soja para impulsar las ventas de soja”, explican desde FADA.
En términos de tipo de cambio real, descontando los efectos de la inflación, en el último año el dólar cayó un 7%. Medido a precios de marzo de 2023, el tipo de cambio de marzo de 2022 era el equivalente actual de $222, el de marzo de 2021 era el equivalente actual de $281.
“De acuerdo a lo que se ve desde septiembre, se espera que se frene el atraso del tipo de cambio oficial, aunque el año electoral puede jugar en contra de esta política. Pero también han comenzado a desinflarse los precios internacionales, a medida que menguan los efectos de la guerra en el mercado de granos y los bancos centrales suben las tasas”, concluyen los economistas.