La caída del precio de la soja a nivel internacional ajusta los resultados proyectados para los productores argentinos. Con un valor referencial de 260 dólares por tonelada, el nivel más bajo desde 2018/19, se anticipa una campaña desafiante, pese a un repunte esperado en la producción.
Precio de la soja: un desafío para los márgenes del productor
El precio internacional de la soja ha tocado mínimos históricos, una situación que repercute directamente en el mercado local, donde el 85% de la producción tiene como destino el comercio exterior. Para la campaña 2024/25, se proyecta un valor de referencia de 260 dólares por tonelada, un 7% inferior al promedio de 2023/24 y el más bajo desde 2018/19.
Aunque se espera una producción récord de 53,15 millones de toneladas, la mayor de los últimos seis años, el incremento del volumen no logra compensar la baja de precios. Esto lleva a que el valor total de la producción proyectada sea de 13.786 millones de dólares, apenas inferior al ciclo actual y muy por debajo de las cifras alcanzadas en 2020/21 y 2021/22, cuando los precios globales registraron picos históricos.
Margen bruto ajustado: el productor frente a nuevos desafíos
El escenario planteado para 2024/25 refleja un margen bruto estimado de 223,8 dólares por hectárea, lo que representa una caída del 20% respecto al ciclo anterior y un 25% en comparación con el promedio de los últimos cinco años.
Factores como el costo de insumos, las labores agrícolas y los gastos de comercialización inciden en la disminución de las ganancias. Este escenario es aún más desfavorable si se compara con los niveles de rentabilidad previos a la pandemia y al conflicto entre Rusia y Ucrania, eventos que habían impulsado los precios del grano a máximos históricos.
Además, la caída en los márgenes afecta no solo a los productores, sino también a toda la cadena de valor, incluyendo la industria y las exportaciones, que representan cerca de un tercio de los ingresos por divisas del país.
La importancia de las condiciones climáticas en la próxima campaña
Aunque la siembra de soja apenas ha comenzado, el éxito de la campaña dependerá de cómo evolucionen las condiciones climáticas. El período crítico llegará en verano, cuando será clave que las lluvias se normalicen para garantizar rendimientos acordes con las tendencias históricas.
Pese a los desafíos, los productores mantienen una leve esperanza de recuperación si las condiciones meteorológicas se alinean con las necesidades del cultivo. Sin embargo, la combinación de precios bajos y costos elevados subraya la urgencia de medidas que refuercen la competitividad del sector.