El país, productor del 40% del arroz que consume el mundo, ya había prohibido con anterioridad las exportaciones de todo el arroz blanco -con excepción de la variedad basmati y el arroz roto- y ahora dispuso gravar con retenciones del 20% al arroz parbolizado, el cual representa un tercio de todos los envíos de India.
El arroz parbolizado -también denominado vaporizado, precocido o sancochado- es el más común en los supermercados y resulta de un proceso donde se embulle parcialmente el arroz con cascara antes de molerlo para aumentar sus valores nutricionales y cambiar la textura.
La medida, fijada “con efecto inmediato” por el Ministerio de Finanzas indio, se extenderá hasta el próximo 15 de octubre y podría comprometer la oferta mundial de arroz y, por ende, presionar a su precio.
De hecho, los precios del arroz proveniente de Asia saltaron a un máximo en 15 años desde principios de este mes, lo cual impacta especialmente a países importadores como las Filipinas y algunas naciones de África.
Presionado por la inflación en los alimentos, el gobierno indio también está considerando abolir un impuesto de 40% sobre el trigo importado, y vender tomates, cebollas y cereales de las reservas estatales para mejorar el suministro local, consignaron las agencias Bloomberg y Europa Press.
En términos políticos, el primer ministro Narendra Modi busca, con estas medidas de alivio, acrecentar sus chances para un tercer mandato, de cara a las elecciones de abril y mayo del año próximo.
Entre los analistas, el temor està en que las decisiones de India, si bien beneficiosas para su mercado interno, podrían afectar a otros países, especialmente a aquellos más pobres.
“Con esta decisión, los precios domésticos van a caer y va a ayudar al gobierno en controlar la inflación de alimentos, pero los precios globales subirán y los compradores tendrán que absorber ese incremento”, analizó B.V Krishna Rao, presidente de la Asociación de Exportadores de Arroz.