(SLT-FAUBA) En su informe del 8 de julio, la cátedra de Climatología y Fenología Agrícolas de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) señaló que las escasas precipitaciones caídas en junio en gran parte del país no habrían afectado los niveles hídricos en el suelo a la siembra de los cultivos invernales. Mientras que, en general, se espera un invierno seco y frío, el pronóstico oficial de El Niño-Oscilación del Sur indica una probabilidad del 50% para el fenómeno de La Niña durante la primavera, aumentando a un 58% para el trimestre noviembre, diciembre y enero.
Adela Veliz, docente de Climatología y Fenología Agrícolas en la FAUBA, subrayó que en junio se registraron lluvias escasas en gran parte de país, exceptuando el noroeste de la Patagonia y su zona cordillerana —donde hubo precipitaciones nivales— y el centro-sur de esa región.
“Sin embargo, la baja demanda evaporativa del invierno permitió que las reservas de agua útil en el perfil se mantengan en niveles adecuados para el comienzo de la campaña fina. Esto fue clave para que la emergencia y el inicio del macollaje en los trigos que se sembraron más temprano ocurrieran en buenas condiciones”, añadió.
Según la docente, si bien desde hace un mes tiene lugar un desecamiento de los primeros centímetros del suelo en el norte y el centro de la Argentina, también hay un mejoramiento de las condiciones hídricas en el este, en el sur y en el centro-oeste de Buenos Aires, y en el este de La Pampa, lo cual es fundamental para aquellas localidades donde aún falta completar la siembra.
Por su parte, Gastón Sosa, coautor del informe junto con Adela Veliz, Leonardo Serio y María Elena Fernández Long —docentes de la misma cátedra e integrantes del Centro de Información Agroclimática y Ambiental de la FAUBA— abordó la evolución del almacenaje de agua en el suelo en distintas localidades del país.
“Si tomamos el perfil hasta 1 metro de profundidad y analizamos la evolución del almacenaje de agua en Santa Rosa, provincia de La Pampa, y en Rosario, provincia de Santa Fe, encontramos situaciones contrastantes. Mientras que el contenido de agua en Santa Rosa es bueno, en Rosario está en franca disminución desde abril”, comentó Gastón.
Veranito y ola polar
Leonardo Serio, a su vez, profundizó en los registros térmicos entre junio y julio. “En los primeros veinte días de junio ocurrieron temperaturas altas en una gran proporción de nuestro territorio. Incluso, algunas localidades del norte y del centro alcanzaron valores récord. Por ejemplo, en Las Lomitas, el termómetro llegó a los 34,5 °C. En esta área, además, hubo hasta diez días consecutivos con temperaturas superiores a 30 °C”.
El docente señaló que, sin embargo, hacia el final de ese mes, el panorama cambió drásticamente, con temperaturas muy frías que estuvieron por debajo del promedio para la época en casi todo el país. “En el caso particular de Río Gallegos, por ejemplo, se observó una situación excepcional: durante una semana, la temperatura no superó los 0 °C”.
En esta línea, agregó que a una semana de comenzado julio, persisten las condiciones muy frías, con heladas agrometeorológicas —es decir, temperaturas mínimas menores a 3 °C— en casi todo el país.
¿Cómo será La Niña en primavera?
Por su parte, María Elena Fernández Long se refirió a las temperaturas superficiales de las aguas del Océano Pacífico Ecuatorial, un indicador fundamental del clima. “Está teniendo lugar un enfriamiento continuo desde la costa sudamericana hacia el oeste en casi todas las regiones de monitoreo de El Niño-Oscilación del Sur, o ENOS. Al mismo tiempo, se detectó que las temperaturas de las aguas subsuperficiales de esas aguas estuvieron levemente por debajo del promedio”.
En este sentido, Fernández Long dijo que el pronóstico oficial del ENOS —que difundió en junio el International Research Institute for Climate and Society, o IRI— indica que para el trimestre primaveral, la probabilidad de La Niña supera a la de condiciones neutrales, con un 50% frente a un 44%. Mientras tanto, se espera que la probabilidad de La Niña aumente al 58% para el período noviembre-diciembre-enero.
Un invierno frío y seco
Fernández Long también resumió los contenidos del pronóstico trimestral que elaboran —en el ámbito del SMN— distintos organismos oficiales, incluyendo la cátedra de Climatología y Fenología Agrícolas de la FAUBA. “Para julio, agosto y septiembre se esperan precipitaciones en general inferiores al promedio en todo el país. Esta probabilidad aumenta tanto en el norte de la Mesopotamia como en el sur de la Patagonia”.
Para concluir, Long enfatizó que las temperaturas medias continuarían superando los valores medios en el norte de la Argentina. En el resto del territorio se espera que prevalezcan condiciones frías, con la excepción del norte de la Región Pampeana —Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos— y del sur de la Patagonia, donde se anticipa un comportamiento normal.