Tras el temporal que anegó miles de hectáreas en el norte bonaerense, sur de Santa Fe y Entre Ríos, el clima argentino no da tregua. En los próximos días, se espera una nueva etapa de lluvias moderadas, seguida por el ingreso de una masa de aire polar que provocará heladas generalizadas en varias regiones productivas del país.
Según el informe agroclimático de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, hasta el 28 de mayo se prevén precipitaciones escasas a moderadas, especialmente en el norte y centro-este del área agrícola. Aunque las lluvias serían más débiles que en eventos previos, podrían complicar aún más los suelos saturados.
Una nueva ola polar llega a la región pampeana
El meteorólogo Leonardo De Benedictis, en un análisis publicado por Meteored, anticipó que a partir del miércoles 28comenzará a sentirse el impacto de una potente masa de aire polar, que afectará la región Pampeana, Cuyo y el norte de la Patagonia. Esta irrupción de aire frío será la más intensa del mes y dejará temperaturas típicas de junio o julio.
“Se trata de una masa de aire de origen polar que generará un brusco descenso térmico, con heladas de distinta intensidad”, explicó De Benedictis.
Las heladas llegarán luego de una fase de inestabilidad, que se hará presente desde el sábado 24 hasta el martes 27, con lluvias y tormentas en el este y noreste del país. Algunas zonas del norte de Buenos Aires, aún afectadas por excesos hídricos, podrían recibir precipitaciones leves, lo que representaría un alivio parcial según los últimos modelos del ECMWF, aunque no se descarta variabilidad local.
“La situación marcará una transición abrupta del calor al frío, en apenas semanas”, señala el informe de Meteored.
Condiciones críticas para la cosecha gruesa
Este clima inestable complica el avance de la cosecha gruesa. La soja fue recolectada en un 66% del área estimada y el maíz en un 37%, ambos con buenos rindes, pero con atrasos importantes en zonas anegadas. El girasol ya concluyó su ciclo con un rendimiento promedio de 22,8 quintales por hectárea.

En las zonas agrícolas de mayor productividad, los niveles de agua útil en el suelo siguen elevados. De acuerdo con el último informe del INTA, Buenos Aires, La Pampa, Santa Fe, Entre Ríos y el NEA presentan valores cercanos al 100%, dificultando las labores mecánicas y la reimplantación de cultivos de invierno como el trigo.
“El suelo presentó un aumento de su contenido hídrico en gran parte del área informada, principalmente en el NEA, donde dichos aumentos fueron superiores a los 90 mm”, advierte el reporte.
Alertas por tormentas en el noreste y lluvias persistentes en el litoral
El Servicio Meteorológico Nacional emitió alertas por tormentas fuertes para el sábado 24, con acumulados de hasta 70 mm en el noreste del país. Estas tormentas incluirían ráfagas, caída de granizo y actividad eléctrica, con especial énfasis en Corrientes y Misiones.
Entre el domingo y el martes, la franja este de Argentina continuará bajo condiciones inestables, justo antes del arribo del aire polar. Esta secuencia podría consolidar un nuevo patrón climático más invernal en la segunda mitad de mayo.
“La planificación agropecuaria deberá adaptarse a un clima que muestra todo su repertorio en cuestión de días”, concluye De Benedictis.
Trimestre con lluvias normales y temperaturas algo más altas
De cara a los próximos meses, el pronóstico climático trimestral (mayo-junio-julio) elaborado por el Servicio Meteorológico Nacional, con colaboración del INTA, estima lluvias dentro del promedio en la región pampeana y algo superiores en el NOA. En cuanto a temperaturas, se anticipan valores normales o levemente más cálidos que los registros históricos.
No obstante, la secuencia de lluvias menores combinadas con el exceso hídrico ya acumulado podría extender los problemas en zonas agrícolas bajas, donde el drenaje natural es más lento.
El INTA señaló que, si bien algunas áreas del centro bonaerense mostraron una leve baja en el contenido de humedad del suelo respecto a abril, en el NEA los aumentos superaron los 90 milímetros en solo una semana, lo que pone en jaque a los cultivos en pie y a las labores que requieren tránsito de maquinaria pesada.