La reciente reducción temporal de las retenciones a las exportaciones agropecuarias ha generado un debate sobre su efecto en la renta agrícola y en la economía nacional. Según un informe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), el Estado se queda con el 58% de la renta agrícola, lo que plantea la pregunta: ¿qué sucedería si esta carga impositiva disminuyera?
La carga impositiva en el sector agropecuario
La presión tributaria sobre el sector agropecuario argentino ha sido históricamente elevada. En marzo de 2024, FADA reportó que el Estado absorbía el 65% de la renta agrícola. Este porcentaje se desglosaba en:
Impuestos nacionales no coparticipables: 94% de la recaudación impositiva.
Impuestos provinciales: 5% de la recaudación.
Impuestos municipales: 1% de la recaudación.
Efectos de la reducción de retenciones en la economía
La baja temporal de las retenciones busca aliviar la presión sobre los productores, con el objetivo de:
Incrementar la competitividad del sector agropecuario.
Estimular las exportaciones, generando un flujo de divisas más estable.
Mejorar la recaudación provincial, al aumentar la actividad económica.
Analistas y productores destacan que esta medida puede tener un impacto positivo en la economía, mejorando los márgenes de ganancia de los productores y potenciando el desarrollo de las economías regionales.
Beneficios potenciales de una mayor reducción de impuestos
Reducir aún más la carga impositiva podría:
Aumentar las inversiones en el sector agropecuario.
Fomentar la creación de empleo, al expandirse la actividad productiva.
Impulsar el consumo, al mejorar los ingresos disponibles de los trabajadores rurales.
Estos efectos podrían tener un impacto positivo en toda la economía nacional, ya que el sector agropecuario es un motor clave del crecimiento económico.
Consideraciones sobre el federalismo fiscal
La estructura actual de las retenciones también influye en el federalismo fiscal. Al ser un impuesto nacional no coparticipable, su recaudación no se distribuye entre las provincias, lo que puede generar desigualdades regionales.Reducir o eliminar estas retenciones podría:
Equilibrar la distribución de recursos, fortaleciendo la autonomía financiera de las provincias.
Mejorar la equidad fiscal, al permitir que las provincias productoras retengan una mayor parte de los ingresos generados.
Impacto en los costos de producción y logística
Además de las retenciones, otros factores afectan la rentabilidad de los productores:
Costos de insumos: Aunque algunos insumos han mantenido precios estables, otros han registrado aumentos, afectando los márgenes de ganancia.
Gastos en logística: Los costos de transporte, influenciados por factores como el precio del combustible y la infraestructura disponible, representan una parte significativa de los gastos operativos.
Una reducción en las retenciones podría liberar recursos que los productores podrían invertir en mejorar la eficiencia logística y reducir costos, aumentando así su competitividad.
Variaciones provinciales en la carga tributaria
La carga impositiva no es uniforme en todo el país. Por ejemplo:
Córdoba: 59,1% de participación del Estado en la renta agrícola.
Buenos Aires: 55,9%.
Santa Fe: 55,7%.
La Pampa: 57,2%.
Entre Ríos: 62,5%.
San Luis: 56,1%.
Estas diferencias reflejan las diversas realidades productivas y fiscales de cada región, influenciadas por factores como:
Rendimientos agrícolas.
Estructura de costos.
Políticas impositivas locales.
El camino hacia una reforma fiscal integral
La reducción de retenciones representa un paso hacia la modernización del sistema tributario argentino. Sin embargo, para lograr un impacto sostenible en la economía, es necesario:
Reformar integralmente el sistema fiscal, buscando un equilibrio entre las necesidades del Estado y la competitividad del sector agropecuario.
Implementar políticas públicas que incentiven la inversión y el desarrollo en todas las regiones del país, reduciendo las asimetrías regionales.
Fortalecer el federalismo fiscal, asegurando que las provincias tengan los recursos necesarios para atender sus necesidades y promover su propio desarrollo.
Estas acciones contribuirán a construir un sector agropecuario más fuerte, que impulse el crecimiento económico y el bienestar de toda la sociedad argentina.