Sequía histórica: ¿cómo sobrevive una PyME del agro a la crisis? (*)

La resiliencia es, sin dudas, uno de los principales valores de un líder. Hoy, el agro atraviesa una crisis muy desafiante tanto para los productores como para las empresas del sector: una sequía atroz, que nos hace repensar las estrategias de negocio para pasar del crecimiento a la supervivencia, mientras esperamos la lluvia.

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Con una década de trayectoria liderando una PyME en Argentina, puedo decir que las crisis han atravesado nuestro negocio más de una vez. Pero esta tiene una particularidad, porque escapa totalmente de nuestras manos, porque no hay nada que podamos hacer para contrarrestarla. La falta de agua es un problema climático, que nos golpea fuerte y excede nuestras capacidades.

Nuestros clientes, los que impulsan nuestro negocio invirtiendo en tecnologías innovadoras y amigables con el medio ambiente, son los productores. Si ellos atraviesan tiempos difíciles, nosotros también: las ventas de NutrirePlus, nuestro producto más fuerte, alcanzaron apenas el 60% de las de la temporada pasada. Un crecimiento sostenido que se venía registrando en los últimos años se frenó.

El escenario podría parecer desalentador, pero todo negocio que pretenda perdurar en el tiempo debe estar preparado para resistir ante situaciones complejas, incluso por cuestiones inesperadas como esta. Y los que sobrevivan, sin dudas, saldrán fortalecidos.

Para una PyME, como es nuestro caso, una de las claves para lograrlo es la moderación. Con la misma lógica de la economía doméstica que podría aplicar cualquier familia, no nos permitimos gastar más de lo que ingresa. Muchas veces, los emprendedores que están comenzando buscan a toda costa crecer lo más rápido posible, generando deudas que luego, ante cualquier imprevisto, no pueden afrontar. Manejar el negocio con moderación en momentos de crecimiento y abundancia es lo que nos permitirá responder mejor cuando lleguen las dificultades.

Por otro lado, la paciencia es fundamental. Cuando uno se desespera y se abruma, cuando toma decisiones “en caliente”, es cuando se cometen errores. En situaciones como esta sequía histórica, no queda más que hacer que agachar la cabeza y seguir para adelante, buscar la máxima eficiencia en la operación, sin perder de vista el objetivo de sostener el negocio en pie, mientras esperamos que el tiempo corra y la crisis pase.

Finalmente, contar con un buen equipo de trabajo, en el que todos se alegran cuando a la empresa le va bien y todos se preocupan cuando la empresa enfrenta desafíos, marca la diferencia. Nadie tiene todas las respuestas, y creer que de una crisis se puede salir solo es uno de los principales errores que puede cometer un líder. Comunicarse con el equipo con transparencia, hacerlos parte y escuchar sus ideas contribuye a que cada uno, desde su lugar, aporte su granito de arena para que la crisis tenga el menor impacto posible.

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La resiliencia es uno de los principales atributos que debe entrenar un emprendedor en este país. Es complejo, pero vale la pena, porque Argentina, especialmente en el agro, tiene un potencial tremendo. Los obstáculos son parte del juego, y con moderación, paciencia, un sólido equipo de trabajo y una mirada optimista, podremos sobrevivir a las crisis y salir fortalecidos.

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