El 2 de abril, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, implementó una serie de medidas arancelarias que han sacudido los cimientos del comercio internacional. Aunque no fue un anuncio sorpresivo, dada la constante amenaza de cambios en la política comercial estadounidense, el alcance y la magnitud de estos aranceles han generado una gran incertidumbre en los mercados globales, especialmente para países con una fuerte relación comercial con Estados Unidos, como Argentina.
Según Maximiliano Moreno, titular de la Fundación INAI, estas medidas no solo afectan a sectores específicos como el acero o el aluminio, sino que son una manifestación del enfoque transversal de Trump hacia todos los países, sin importar si son aliados o adversarios. “Trump ha dejado claro que no tiene amigos ni enemigos, solo intereses”, afirma Moreno, quien analiza las posibles repercusiones de estas políticas para la economía argentina.
Un giro en la política comercial de Estados Unidos
Lo que más destaca de la reciente medida es el cambio en la estrategia comercial de Estados Unidos. Si bien en el pasado Trump había mantenido una política de confrontación directa con China, ahora se observa un enfoque mucho más amplio. “Lo novedoso de esta medida es que, por primera vez, la principal economía mundial está adoptando una postura transversal contra todos los países”, explica Moreno. Este giro refleja la disposición de Trump a anteponer los intereses económicos nacionales sobre las alianzas diplomáticas, lo que transforma esta política en una verdadera novedad dentro de su gobierno.
El anuncio de Trump también se acompaña de un paquete de asistencia interna para los sectores productivos, como la agroindustria estadounidense, que podría enfrentar mayores dificultades en los mercados internacionales debido a la implementación de estos nuevos aranceles. Sin embargo, los productos agroindustriales de Estados Unidos, al menos en el corto plazo, no son los principales objetivos de las medidas arancelarias, lo que ha generado una mezcla de incertidumbre y oportunidades para países como Argentina.
Impacto en la agroindustria argentina
Aunque Argentina no se encuentra dentro de los sectores más directamente afectados por los nuevos aranceles de Trump, Moreno destaca que el impacto global de estas medidas podría reconfigurar los flujos comerciales internacionales. “Este tipo de medidas genera incertidumbre. Pueden haber desvíos comerciales, y los productos que antes llegaban a Estados Unidos ahora deberán encontrar otros mercados”, señala. En este sentido, Argentina podría ver oportunidades de captar ciertos productos que, debido a las nuevas restricciones, no podrían ingresar a los mercados de Estados Unidos, especialmente aquellos de la agroindustria que ya competían por los mismos destinos.
No obstante, estos cambios en el flujo comercial no estarán exentos de desafíos. “El riesgo principal sería la posible saturación de mercados alternativos como China o el Sudeste Asiático, que ya están compitiendo por productos similares”, subraya Moreno. Esta situación podría derivar en una mayor competencia para los exportadores argentinos, quienes deberán adaptarse rápidamente a los nuevos escenarios y a las exigencias de los mercados internacionales.
Ver esta publicación en Instagram
La reconfiguración de la globalización
Las medidas arancelarias impuestas por Trump podrían tener un impacto más profundo en el comercio global, acelerando una posible reconfiguración de las dinámicas de poder económico a nivel mundial. “No es un fin de la globalización, pero sí un claro reforzamiento de la influencia de Estados Unidos como centro de poder”, comenta Moreno. Para el titular de INAI, este es un paso más hacia la polarización del comercio global, con Estados Unidos y China jugando roles aún más decisivos en la configuración del mercado internacional.
El énfasis en la política proteccionista de Estados Unidos puede acelerar el proceso de distanciamiento entre el bloque de países alineados con Washington y aquellos que, como China, han demostrado una postura más abierta hacia el libre comercio. Este bipolarismo podría llevar a una competencia más feroz entre las potencias económicas, con implicaciones no solo para los acuerdos comerciales, sino también para las relaciones geopolíticas.
¿Un nuevo escenario para la agroindustria argentina?
A pesar de que la agroindustria argentina no está directamente en la mira de los nuevos aranceles de Trump, Moreno advierte que las medidas podrían generar una distorsión significativa en los flujos comerciales y un escenario de incertidumbre. “Argentina ocupa solo el 0,8% de lo que Estados Unidos importa dentro de su agroindustria, por lo que no esperamos medidas específicas contra este sector. Sin embargo, las nuevas reglas del juego podrían traer consigo un reacomodamiento de los flujos comerciales”, explica.
La clave para Argentina será cómo maneja esta nueva situación. Si bien el impacto inmediato sobre la agroindustria puede ser menor, la reconfiguración del comercio global podría permitir que ciertos productos argentinos accedan a mercados que previamente estaban dominados por otras naciones. Sin embargo, la competencia será más intensa y las autoridades argentinas deberán actuar con rapidez para negociar acuerdos favorables que reduzcan o eliminen los aranceles a sus productos.
El futuro de las negociaciones con Estados Unidos
Una de las principales incógnitas que quedan es si Argentina podrá negociar condiciones más favorables para sus exportaciones, especialmente para productos clave como la carne. Moreno afirma que, si bien las medidas arancelarias se aplicarán de manera general, la posibilidad de negociar nuevas condiciones con Estados Unidos sigue abierta. “Es probable que Argentina busque ser uno de los primeros en la fila para negociar, ya que Estados Unidos ha dejado abierta la posibilidad de revisar las condiciones de acceso”, concluye.
A medida que se acerquen las fechas límite para la implementación de los nuevos aranceles, Argentina deberá estar preparada para participar en una “carrera frenética” por asegurar acuerdos comerciales favorables. Esto podría implicar acuerdos bilaterales, negociaciones dentro del marco del Mercosur, o incluso la posibilidad de exenciones para ciertos productos.