En un giro clave para el sector agroindustrial argentino, la empresa Vicentin logró un acuerdo que permitirá el ingreso de más de 500.000 toneladas de soja a su planta procesadora en San Lorenzo, Santa Fe. El convenio, impulsado por el Ministerio de Trabajo de la provincia, busca reactivar la actividad en una de las terminales más importantes del complejo agroexportador del país, en medio del proceso judicial que atraviesa la compañía.
La firma del acuerdo fue posible gracias a la modalidad de procesamiento por cuenta de terceros, o “fasón”, que permitirá utilizar la capacidad instalada de Vicentin durante al menos seis meses. Empresas como ACA, Viterra, Bunge, Molinos Agro, Grassi y la Unión Agrícola de Avellaneda se comprometieron a aportar materia prima y sostener el flujo operativo de la planta.
Según informó SL24, Grassi, a través de su acopio Commodities S.A., propuso procesar hasta 320.000 toneladas mensuales, con una tarifa de referencia de 18 dólares por tonelada. Durante la primera etapa, mientras se rehabilita la planta principal, la molienda se realizará en las instalaciones de Renova S.A., una sociedad con participación de Vicentin.
Acuerdo garantiza sueldos y continuidad laboral
El avance en las negociaciones también contempla compromisos clave en materia salarial. De acuerdo con el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros del Departamento San Lorenzo (SOEA), se acordó el pago del 40% de los haberes correspondientes a abril en los próximos días. El 60% restante será abonado una vez firmados los contratos de fasón.
“Los trabajadores necesitan certezas, y este entendimiento es un paso firme en esa dirección”, señalaron desde el gremio, que se mantuvo en diálogo constante con las autoridades y la empresa para resguardar los puestos de trabajo. La planta de San Lorenzo emplea a centenares de trabajadores calificados, cuyo rol resulta central en el corazón industrial del Gran Rosario.
Contexto judicial y rol de la política
El relanzamiento de la actividad en Vicentin se produce mientras la firma continúa intervenida por la Justicia, con parte de su directorio desplazado y algunos miembros bajo investigación penal. La intervención política fue decisiva para destrabar la situación, destacaron desde el gobierno provincial.
Roald Báscolo, ministro de Trabajo de Santa Fe, fue quien coordinó las gestiones entre las partes. La vicegobernadora Gisela Scaglia también tomó posición: “Fue la política la que tuvo que hacer lo que la Justicia no hizo”, expresó en declaraciones recientes, en clara crítica a la parálisis judicial que afecta al futuro de la empresa.
Este entendimiento se inscribe en un contexto donde el sector agroindustrial requiere señales claras de previsibilidad, especialmente tras un 2024 marcado por incertidumbre climática y financiera. Vicentin, que llegó a ser uno de los mayores exportadores de granos y aceites del país, entró en default en 2019, y desde entonces enfrenta un complejo proceso de reestructuración.
Una señal al sector agroindustrial
Para los actores del sector, la reactivación parcial de Vicentin representa una bocanada de aire fresco para la cadena de valor sojera. La posibilidad de mantener operativa una infraestructura clave en San Lorenzo es una medida que también beneficia a las cooperativas, acopios y contratistas vinculados al nodo Rosario.
En paralelo, el esquema de fasón podría sentar un precedente en términos de colaboración empresarial en tiempos de crisis. De sostenerse en el tiempo, podría facilitar un camino de salida para Vicentin y reforzar el entramado agroexportador argentino sin depender de una resolución judicial definitiva.
Un acuerdo que también preserva la logística del nodo Rosario
El entendimiento alcanzado no solo resguarda la continuidad laboral y productiva de la planta de San Lorenzo, sino que también representa un eslabón clave en la sostenibilidad del nodo agroexportador del Gran Rosario, una de las zonas de mayor concentración de puertos cerealeros del mundo. La paralización de Vicentin había provocado cuellos de botella logísticos y un menor aprovechamiento de la infraestructura de molienda y embarque. Ahora, con la reactivación bajo contratos de fasón, se espera un aumento en el movimiento de camiones y barcazas, y una mayor eficiencia en la rotación de mercadería, lo que repercutirá positivamente en toda la cadena logística.
Además, la participación de empresas con fuerte presencia territorial como la ACA o la Unión Agrícola de Avellaneda garantiza un abastecimiento sostenido de materia prima, evitando la dependencia de grandes traders internacionales y promoviendo un modelo mixto que incluye a cooperativas y pymes del interior. Para muchas de ellas, este acuerdo no solo ofrece un canal de procesamiento, sino también una posibilidad concreta de integrarse a esquemas de mayor escala y valor agregado. En ese sentido, la planta de San Lorenzo vuelve a insertarse como un actor relevante en el mapa productivo nacional, en momentos donde se reclama mayor articulación entre lo público y lo privado para sostener el crecimiento del agro argentino.