El camino hacia un campeón Angus no empieza en la pista, sino mucho antes: en la visión de un asesor que imagina un cruce genético ideal. Así lo explicó Federico Otero, presidente del Ateneo Angus, en el marco de la jornada “Día de los Campeones”, organizada por la entidad juvenil junto con la Asociación Argentina de Angus. Con un enfoque técnico y didáctico, la actividad reunió a estudiantes, cabañeros, profesionales del agro y público general que colmó el espacio para conocer en detalle los procesos que permiten transformar un ternero en un ejemplar de elite.
“Fue una jornada con muchísima participación. El objetivo era compartir el conocimiento y acercar al público al trabajo que se hace en las cabañas. Desde el primer registro de ADN hasta el momento en que un jurado define al campeón en la pista”, resumió Otero en diálogo con Palabra de Campo.
Cómo empieza el sueño de un campeón
El evento incluyó cinco charlas con especialistas, que abordaron cada una de las etapas del proceso productivo. El ingeniero Juan Martín Ojeda explicó cómo se gestionan los registros dentro de una cabaña: el servicio, la declaración de nacimiento, los tatuajes, y los análisis de ADN que permiten validar la genealogía del animal. Luego, Agustín Curuchet, de la Asociación Angus, abordó la epigenómica, un campo clave para comprender cómo factores externos pueden influir en la expresión genética, incluso sin alterar el ADN.
A continuación, Tachi, un cabañero de reconocida trayectoria vinculado a la cabaña Don José Mamoliti, detalló el trabajo cotidiano con los animales: el seguimiento desde que nacen, los cuidados de higiene, alimentación, el entrenamiento para pista y los criterios de selección visual. Francisco Yeravides sumó una demostración práctica en pista, mostrando cómo se prepara un animal para el juzgamiento, desde el pelaje hasta el comportamiento. Finalmente, Lobo Echavaravale, jurado internacional, cerró la jornada explicando qué evalúa un jurado en machos y hembras y cómo se define a un campeón.
“El proceso arranca en la cabeza del asesor, en esa primera intuición que lleva a decidir: esta vaca la voy a preñar con tal toro”, explicó Otero. “Después, con los nacimientos, se hace un seguimiento individualizado. Los que se destacan se apartan y reciben un trato especial. Se los empieza a preparar, se los entrena, y todo eso desemboca en lo que después vemos en la pista de una exposición”.
De la genética al ojo experto
Uno de los conceptos más fuertes que dejó la jornada es que no basta con tener buena genética. Hace falta un equipo técnico con experiencia, conocimiento y una mirada entrenada. “La genética va en la imaginación de uno. Pero después el ojo del encargado es clave. Hay que seguir el desarrollo fenotípico, la estructura del animal, el carácter, la movilidad. Es un trabajo cotidiano”, sostuvo Otero.
En ese sentido, la actividad del Ateneo busca formar a los futuros profesionales de la ganadería desde una visión integral. El manejo en cabañas combina ciencia, pasión, planificación y precisión. Todo con un objetivo claro: mejorar la carne argentina.
La pista como vidriera del negocio ganadero
La exposición no es el final del camino, sino el inicio de otra etapa. Una vez que los campeones son reconocidos en pista, su valor se multiplica y comienza la fase comercial: remates, ventas privadas y contratos de reproducción. “Ahí es donde se mueve el negocio ganadero”, reconoció Otero. “Se venden animales y genética, pero también se vende el prestigio y el trabajo de una cabaña”.
Cada animal premiado es un reflejo del sistema productivo argentino y de su capacidad para competir a nivel internacional. En este sentido, las exposiciones rurales funcionan como una gran vidriera. Atraen compradores locales y del exterior, y permiten mostrar el potencial de la carne Angus, reconocida por su terneza, sabor y calidad.
“Cada vez que alguien compra un animal de genética destacada, está apostando a mejorar su propio rodeo. Y eso, en escala, mejora toda la cadena de carne”, subrayó el joven dirigente.
El rol del Ateneo: formar, compartir y proyectar
El Ateneo Angus es el semillero de los futuros referentes de la ganadería argentina. Con presencia en todo el país, impulsa actividades de formación, visitas técnicas, participación en remates y exposiciones. La jornada “Día de los Campeones” fue una muestra del compromiso que tiene esta nueva generación con la producción de calidad.
“Desde el Ateneo queremos transmitir el valor del trabajo bien hecho, del compromiso con la genética, de la mejora continua. Que los jóvenes puedan ver cómo se forma un campeón, y también que se animen a proyectar sus propias ideas”, señaló Otero.
Para el presidente del Ateneo, el mayor desafío es mantener vivo el interés de los jóvenes por una actividad que exige dedicación, paciencia y pasión. “Queremos que los chicos y chicas del agro se enamoren de este trabajo. Que sepan que detrás de cada campeón hay mucho esfuerzo, pero también muchas oportunidades”, concluyó.