La cooperativa fue creada el 10 de noviembre de 2012, a través de un acta firmada por 70 trabajadores que integraban la plantilla de El Amanecer S.A, quienes adoptaron esa decisión en el marco de un situación que parecía terminal, luego del vaciamiento y abandono sufrido durante más de diez años.
A través de esa nueva forma jurídica, los asociados de la cooperativa reactivaron lentamente las plantas de la firma ubicadas en Mar del Plata y Tandil, y retomaron la elaboración y venta de leche, quesos, yogures, cremas, dulces y postres.
El último jueves, festejaron sus ocho años con un acto en el que participaron autoridades locales, provinciales y nacionales, entre ellas el titular del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes), Nahum Mirad, quien destacó que “en este tipo de procesos intervienen los asociados, los consumidores y la comunidad, que recuperan al trabajo como un hecho cultural que da dignidad”.
“Fueron ocho años de lucha a pulmón, primero para volver a poner en marcha la producción, después para avanzar en lo administrativo y legal, en una ciudad donde no hay muchos casos de empresas recuperadas. Y nos convencimos de que era posible que una empresa gestionada por sus trabajadores fuera sustentable”, dijo a Télam Fabio Pandiani, presidente de la cooperativa.
El nuevo aniversario llegó con la buena noticia de que el Senado bonaerense dio media sanción a la prórroga de una ley de expropiación que había sido aprobada por la Legislatura provincial en 2014.
Para este nuevo aniversario, los trabajadores lanzaron además una nueva la línea propia de alfajores, “Bandolero”, que recupera una de las marcas tradicionales de la firma a lo largo de su historia.
El Amanecer fue fundada en 1939 por los hermanos Germán, Juan y José de Vega, y desde la década del 60 funcionó como una sociedad anónima, con plantas de elaboración en Mar de Plata, Tandil y Trenque Lauquen.
En 1998, con un plantel de casi 200 trabajadores, una producción que demandaba 180 mil litros de leche diarios, la firma fue vendida al empresario marplatense Florencio Aldrey Iglesias.
En 2008, tras una década que registró una fuerte caída de la producción, falta de pago a proveedores y problemas financieros y de abastecimiento, El Amanecer pasó a manos del Grupo Santa Bárbara, pero con el cambio de dueños la situación empeoró aún más, y en febrero de 2010 los empresarios abandonaron la firma.
Ante el temor por un posible cierre y desalojo, los empleados comenzaron a realizar guardias para custodiar las instalaciones, los productos y la materia prima almacenada.
“Nos organizábamos para asegurar las guardias entre los compañeros y compañeras, con cortes de servicios por falta de pago y sin poder llevar un peso a nuestras casas”, recordó Pandiani.
En noviembre de 2010, la empresa Milita S.A se hizo cargo de la compañía, pero pese a algunos meses de relativa recuperación, en mayo de 2012 volvieron los incumplimientos y los problemas, por lo que los trabajadores retomaron la ocupación y empezaron a pensar en alternativas distintas.
“Quedaba claro que teníamos que tomar el control. Después de firmar el acta para crear la cooperativa, arrancamos comprando unos cientos de litros para empezar a producir, y fuimos aumentando paso a paso, recuperando clientes, restableciendo la confianza con los proveedores”, relató Pandiani.
En abril de 2014, consiguieron la matrícula provisoria por parte del Inaes, y finalmente fueron registrados oficialmente por la Subsecretaría de Acción Cooperativa.
En octubre de ese año, la ley de expropiación 14.663 les adjudicó la explotación de la planta ubicada en Mar del Plata, en la calle Tierra del Fuego y avenida Luro, y otra en el kilómetro 134 de la ruta 226, en Tandil.
Esa ley declaró de utilidad pública y sujetos a expropiación esas instalaciones y las maquinarias, pero como la operación no se ejecutó en el plazo previsto de cinco años, que venció en octubre último, los trabajadores pidieron una prórroga, recientemente aprobada por cuatro años por el Senado provincial.
Con la asistencia de entidades como la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera, la empresa recuperó de a poco su capacidad productiva y ganó terreno en el mercado, y ya a fines de 2016 logró producir 90 mil litros de leche por día, “con ventas que superaron los 184 millones de pesos y retorno anual de los asociados por más de 25 millones de pesos”, según un estudio de la economista e investigadora marplatense Daniela Roveretti.
La estrategia por parte de los trabajadores incluyó un plan de marketing para consolidar la marca Nuevo Amanecer, la articulación con la Universidad Nacional de Mar del Plata, el INTA y los municipios de Tandil, General Pueyrredón, Balcarce y Benito Juárez, y un fuerte trabajo social a nivel zonal.
Pandiani explicó que “mensualmente hay 30 mil litros de leche que donan los tamberos, y la cooperativa los envasa y distribuye en merenderos”, a través del programa “Leche Solidaria”.
“Además, vendemos con el precio de referencia más bajo posible, siempre que nos permita seguir haciendo girar la rueda”, explicó, y aseguró que la empresa proyecta una expansión para los próximos meses, a partir de un espacio de más de 4.800 metros cuadrados que el Municipio de Tandil acaba de cederles en el parque industrial de ese distrito.