La reciente recuperación de humedad en suelos, gracias a las lluvias de octubre, ha cambiado el panorama agrícola en Argentina. Hasta hace poco, la falta de precipitaciones dejaba al 80% de las zonas productivas en una situación crítica. Ahora, con reservas de agua más estables, la mirada de los productores vuelve a enfocarse en la siembra de maíz tardío, una práctica que se ha consolidado en las últimas dos décadas gracias a avances en genética y manejo agronómico.
KWS: Genética híbrida y soluciones adaptadas a la siembra tardía
KWS, líder en el desarrollo de híbridos de maíz adaptados al clima argentino, ha lanzado su última campaña para la temporada 2024/25, presentando una serie de híbridos específicos que buscan responder a las necesidades de cada región. Como explicó Leonardo Galli, gerente de Ventas Regional de KWS, en una entrevista en Palabra de Campo, conducido por Daniel Aprile, la propuesta incluye híbridos de genética tropical y templada, diseñados para enfrentar tanto las condiciones sanitarias del norte argentino como las demandas de rendimiento en la zona núcleo y otros sectores clave.
Entre las innovaciones presentadas se encuentra el híbrido K7510 VIP3, pensado para el NEA y NOA, que combina alta sanidad con potencial productivo. Este híbrido responde a la necesidad de tolerancia frente a la chicharrita del maíz, el insecto vector del Corn Stunt Spiroplasma, una amenaza que en campañas anteriores afectó la productividad del maíz en muchas zonas del país.
Escenarios productivos: estrategias frente al clima y la chicharrita
Según Galli, la estrategia para esta campaña implica aprovechar las lluvias recientes sin perder de vista los riesgos que persisten en el horizonte. En la zona centro y en algunas regiones del norte, los productores ganaderos han podido avanzar con la siembra, reactivando también el ciclo productivo en lotes de sorgo, girasol y soja. En el caso del maíz tardío, muchos evalúan aprovechar el periodo crítico de floración en enero y febrero, buscando evitar las altas temperaturas y posibles sequías previstas para ese momento.
La reducción de la población de chicharrita en los relevamientos actuales ha sido un alivio para los productores. Datos de redes de monitoreo, como los del INTA Las Breñas, muestran un descenso en comparación con ciclos anteriores, lo que abre la puerta para una siembra de maíz tardío menos vulnerable a la plaga. “El panorama parece alentador, y muchos ya se animan a proyectar un volumen de siembra de maíz tardío con un riesgo controlado,” comentó Galli, subrayando la importancia de la estabilidad en estas decisiones.
Tecnología y recomendaciones de manejo
Para esta campaña, KWS sugiere adoptar un enfoque de manejo defensivo, utilizando híbridos de densidad media a baja para reducir el estrés en las plantas y adaptarse mejor a las fluctuaciones climáticas. La compañía ofrece híbridos que permiten diversificar el enfoque según las necesidades de cada productor: desde aquellos que buscan sanidad y estabilidad, como los KWS 16-607 VIP3 y KM 3916 VIP3, hasta opciones con Aptitud Silera para productores ganaderos interesados en maximizar reservas de forraje.
“Estamos adoptando una estrategia de estabilización en el maíz tardío, aconsejando prácticas agrícolas que minimicen el impacto de posibles sequías y eventos climáticos extremos,” finalizó Galli, destacando la importancia de cada decisión en el éxito de la campaña 2024/25.