Ante el anuncio del Gobierno nacional de reapertura parcial del comercio exterior de carne vacuna, volvemos a remarcar que el camino no es el cupo a las exportaciones de carne. En primer lugar –y como hemos advertido en reiteradas ocasiones – esta mercadería no se consume para mostrador, tiene destino en la industria del chacinado.
En segundo término, esta decisión sólo promueve la concentración de cortes a los grupos exportadores para la venta en grandes superficies, con el consiguiente monopolio del negocio. Así, esto lleva a la destrucción sistemática de los distintos oferentes, que hacen su faena para el consumo interno, además de representar una amenaza para las fuentes de trabajo vinculadas al consumo doméstico.
El otro punto que las autoridades nacionales parecen no entender es que el consumidor de menor poder adquisitivo –que tendría que ser el más favorecido por esta medida- no frecuenta la grandes cadenas para abastecerse. Con esta decisión, quedan fuera de juego tanto el argentino de menores recursos como los comerciantes de barrio. Con esta competencia, que roza lo desleal, deberán bajar sus persianas.
El camino es otro y CAMyA se brindó para ser parte de la solución. Una vez más, gana el desconocimiento y la falta de creatividad, por sobre el anuncio que solo busca impacto mediático. También queda en evidencia la falta de sensibilidad hacia el ciudadano a pie y el pequeño comerciante.