El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) ha emitido un pronóstico climático trimestral para noviembre y diciembre de 2024 y enero de 2025, en el cual prevé un cierre de primavera e inicio de verano con condiciones secas y calurosas en gran parte de Argentina. Las altas temperaturas y la falta de lluvias representan un desafío para el sector agropecuario, especialmente en regiones productivas clave, que dependerán en gran medida de la gestión hídrica y energética.
Un trimestre con temperaturas elevadas y lluvias por debajo de lo normal
El informe del SMN indica que las probabilidades de temperaturas por encima de lo normal son altas en casi todo el territorio nacional. Según el pronóstico, las provincias de la región centro, el noreste, y el este de la Patagonia experimentarán temperaturas superiores a las medias históricas, aumentando así las olas de calor y su impacto en la demanda de energía y agua.
En Buenos Aires y el Área Metropolitana (AMBA), se esperan temperaturas máximas promedio entre 29°C y 30°C, y mínimas de entre 19°C y 20°C, aunque los valores podrían ser aún más elevados, lo que afectará directamente la actividad agropecuaria y la planificación de vacaciones y turismo de verano.
En cuanto a las precipitaciones, se estima un déficit importante, especialmente en el sur del Litoral, Córdoba, el este de Buenos Aires y la Patagonia, donde la probabilidad de lluvias es inferior a la normal para esta época del año. El SMN destaca que, aunque el pronóstico trimestral apunta a una estación seca, pueden ocurrir eventos de lluvias intensas en periodos breves, pero estos serán aislados y no lograrán compensar el déficit hídrico acumulado.
Impacto en la planificación agrícola y recomendaciones
La escasez de lluvias y el incremento en las temperaturas representan una señal de alerta para los productores agropecuarios, quienes deberán ajustar sus estrategias ante un escenario de mayor aridez y riesgo de estrés hídrico para los cultivos. Desde el Instituto Antártico Argentino, el meteorólogo Alpio Costa resalta que el clima “altamente probable de ser seco y caluroso” demanda especial atención en el uso de agua, dado que los cultivos y el ganado verán incrementada su necesidad hídrica.
Para los productores que operan en zonas donde el pronóstico es menos severo, como el norte de Argentina y la región de Cuyo, las temperaturas se mantendrán dentro de los rangos normales, lo que podría ofrecer condiciones algo más favorables para la producción. Sin embargo, los expertos recomiendan a todos los productores consultar los pronósticos semanales y el sistema de alerta temprana para ajustar sus prácticas y responder a eventos meteorológicos que podrían impactar a corto plazo.
Este informe llega en un contexto climático en el que la influencia de La Niña se ha mantenido neutral, eliminando así uno de los factores que históricamente afectaba la disponibilidad de agua en gran parte del país. Con base en estas previsiones, el sector agropecuario argentino deberá adoptar estrategias adaptativas para mitigar el impacto de este trimestre seco, resguardando así tanto la producción como los recursos naturales necesarios para sostenerla.