“Durante los primeros nueve meses de 2023 la producción acumulada de leche apenas había bajado interanualmente un 0,77%, pero hacia el final del año la combinación de la sequía y los bajos precios precipitó la caída. Diciembre terminó con 7,7% de reducción de la producción, por lo que el total del año pasado terminó con una merma del 2% respecto de 2022. El arranque de 2024 fue muy malo, caídas del 12% en enero y del 17,7% en febrero, el peor descenso de los últimos 40 años”, afirma el consultor Alejandro Sammartino, director de Infortambo.
A la falta de reservas forrajeras y al aumento de los costos de alimentación por la devaluación se fueron sumando las elevadas temperaturas, el barro y los mosquitos. No obstante, el año pasado dejó en evidencia la mejora de la competitividad de los tambos, donde la producción se sostuvo a lo largo de varios meses, a pesar de la falta de reservas forrajeras y de la muy mala relación del precio de la leche con el maíz y la soja.
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“Cada vez son más las vacas en sistemas estabulados que logran eficiencias de conversión de alimento en leche muy competitivas, gracias al nivel de bienestar logrado”, observa.
Los precios mejoran
Simultáneamente, el precio de la leche informado por el Siglea pasó de $150 por litro en noviembre pasado a $291,7 el mes pasado por la fuerte competencia de las usinas ante la caída de producción y por los buenos valores de exportación. En ese sentido, la leche en polvo se cotiza a 3300/3400 dólares por tonelada en Brasil y en Argelia, principales mercados para el país.
Por otro lado, las relaciones de precios del maíz y de la soja respecto de la leche tuvieron una fuerte mejora, para alcanzar valores históricos, con 2 kilos por litro y 1,1 kilo por litro, respectivamente.
Hacia adelante Sammartino es optimista: “Están dadas las condiciones para un cambio en la tendencia de la producción. Vamos a seguir con tasas negativas un par de meses, para luego entrar en una recuperación en el segundo semestre”.
Se llega a un otoño en condiciones muy diferentes a 2023: el precio al productor llegó a 0,33/0,34 dólares por litro, alineado a los buenos valores que puede pagar la exportación; las cotizaciones de los granos tienden a la baja, y hay un muy buen panorama de reservas forrajeras. Claro que los últimos meses dejaron a los productores muy complicados financieramente, en un escenario económico aún muy frágil, en especial para el consumo.