La fiebre aftosa vuelve a ocupar un lugar central en la agenda sanitaria internacional, pero esta vez con una noticia alentadora: la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) reconoció a Argentina como uno de los países con mejores resultados en el control de esta enfermedad, junto con Turquía.
Durante la presentación de su primer informe anual sobre enfermedades animales, realizada en París, la OMSA destacó que el país logró avances significativos gracias a una combinación de protocolos de vacunación mejorados, vacunas de alta calidad y una estrecha colaboración entre el sector privado y el Estado.
Este reconocimiento no solo valida el trabajo técnico y sanitario realizado, sino que también posiciona a Argentina como un referente global en sanidad animal, en un contexto internacional cada vez más desafiante.
Estrategia argentina contra la fiebre aftosa: un modelo de referencia
Argentina lleva décadas enfrentando la fiebre aftosa, una enfermedad viral altamente contagiosa que afecta a bovinos, búfalos y otros animales de pezuña hendida. Sin embargo, desde la década de 1990, el país comenzó a implementar cambios clave que hoy lo posicionan como un modelo de referencia en sanidad animal.
Uno de los hitos más importantes fue el reemplazo de vacunas con saponina por vacunas adyuvantadas con aceite, lo que mejoró notablemente la respuesta inmune en los animales. Además, el Senasa reforzó los estándares de aprobación de vacunas, exigiendo un mayor número de dosis protectoras por serie, lo que elevó la calidad de los productos utilizados en el campo [2].
Este enfoque técnico se complementó con una política sanitaria sostenida, basada en el Plan Nacional de Erradicación de la Fiebre Aftosa, que permitió superar la epidemia del 2000-2001 y controlar las reintroducciones posteriores.
Participación público-privada y vigilancia epidemiológica
El éxito argentino no se explica solo por la tecnología aplicada, sino también por la coordinación entre el Estado y el sector privado. La OMSA destacó que esta sinergia permitió mantener un sistema de vacunación eficiente, con controles rigurosos y una cobertura amplia en todo el territorio nacional.
Actualmente, Argentina cuenta con cinco zonas reconocidas como libres de fiebre aftosa por la OMSA [2]:
- Dos zonas libres con vacunación: Centro-Norte y Cordón Fronterizo.
- Tres zonas libres sin vacunación: Patagonia Norte A, Patagonia Norte B y Valles de Calingasta.
Este estatus sanitario se ratifica anualmente mediante vigilancia epidemiológica activa, que incluye muestreos serológicos, atención a denuncias y monitoreo constante. La información oficial sobre estas zonas puede consultarse en el sitio del Senasa.
Un contexto global desafiante
El informe de la OMSA también alertó sobre el aumento de enfermedades animales en zonas previamente no afectadas. Entre enero de 2024 y mayo de 2025, se notificaron 216 brotes de fiebre aftosa en 18 países, lo que refuerza la importancia de mantener y fortalecer las estrategias de prevención.
En este contexto, el caso argentino cobra aún más relevancia. Su enfoque integral, basado en el concepto de “Una sola salud” —que vincula la salud animal, humana y ambiental— se presenta como una herramienta clave para enfrentar los desafíos sanitarios del futuro.
La OMSA, con sede en París, es una organización intergubernamental conformada por 182 países miembros. Su misión es mejorar la sanidad y el bienestar animal en el mundo. Más información está disponible en su sitio oficial: www.woah.org.
Reconocimiento internacional y oportunidades comerciales
El reconocimiento de la OMSA no solo valida el trabajo realizado, sino que también abre nuevas oportunidades para el comercio internacional de productos de origen animal. Al contar con zonas libres de fiebre aftosa, Argentina puede acceder a mercados más exigentes y mejorar su competitividad global.
Además, este logro fortalece la imagen del país como proveedor confiable de alimentos seguros y de calidad, en un momento en que la trazabilidad y la sanidad son factores clave para los consumidores y compradores internacionales.
La Organización Mundial del Comercio (OMC) también reconoce las normas sanitarias de la OMSA como referencia para el comercio internacional, lo que refuerza el valor estratégico del estatus sanitario argentino.