En Expoagro 2024, el fundador de la empresa de maquinarias agrícolas ERCA, Juan Carlos Silvi, celebró los 50 años de su sueño, repasó los vaivenes durante el recorrido y explicó por qué su crecimiento continúa con firmeza.
Una jornada de fiesta vivió la empresa santafesina ERCA en el tercer día de la edición 2024 de la Capital Nacional de los Agronegocios. Y con razón. Fueron 50 los años transitados, desde la fabricación de la primera sembradora integral de 9 y 10 surcos plegable de Argentina. Y esto se realzó además, con la exhibición de un arsenal tecnológico incorporado en la línea de sembradoras y rastras.
La historia de este fenómeno dentro del agro a partir de la fabricación de maquinaria agrícolas de alta tecnología, refiere a Juan Carlos Silvi, hijo único de una familia de inmigrantes nacido en Armstrong en 1954 y criado en el campo, quien junto a Ernestro Lisandrón crearán ERCA para cambiar sus vidas y las del entorno definitivamente.
“De los días más lindos”
Previo al festejo en el predio, Silvi, mentor de la empresa y de ese sueño, no pudo disimular sus sensaciones y repasó el intenso y persistente recorrido. “Debe ser como uno de los tres días más lindos que te puede tocar en la vida. Empezamos allá por el 74 y hoy cumplimos cincuenta años. Verla crecer de la manera que lo hicimos me pone contento y muy orgulloso”, destacó.
“Una foto hermosa fue cuando hicimos el primer balanzón, que la tengo acá”, agregó señalando su corazón. Su memoria lo llevó a los 18 años junto a Lisandrón, en aquel galpón de 300 m², fabricando balanzones para rastras de dientes y tanques para transporte de combustibles. “Los principios suelen ser duros, Ernesto tenía la edad de mi papá y era muy raro una sociedad de ese tipo. Lamentablemente no lo tenemos más, pero sigo asociado con los hijos que tienen dos años menos que yo”.
Con Ricardo Lisandrón y Marcela Silvi, a cargo, Juan Carlos rescató el trabajo de “los chicos” y su capacidad. “Parte de la gerencia fue trasladándose a la gente más joven. Esa también es una virtud de ERCA, porque son muy pocos los que se atreven a delegar esa función”, sostuvo orgulloso.
En su repaso no faltó nada. “Durante todos los gobiernos hubo vaivenes”, reconoció, “fue una Argentina en el que cada siete o diez años tuvimos alguna caída, una levantada y así. De algún modo es una pena porque me hubiese gustado estar en un país más tranquilo donde puedas proyectar”, comentó con algo de fastidio aunque enseguida destacó sonriente: “Aun así, fíjate nuestras maquinarias agrícolas y cómo vienen de afuera a verlas”.
Temor y cuota de suerte
Al momento de buscar razones para su evolución y desarrollo en el tiempo, Silvi no dudó: “Entiendo que nos manejamos bien, también de manera austera. Ojo, en el 89 nos faltó muy poquito para fundirnos, pero también tuvimos esa pequeña cuota de suerte que siempre hace falta”, admitió.
A lo largo de los años, la empresa amplió su línea de producción, incorporando cinceles, carpidores de hileras y un balanzón hidráulico semiautomático. Luego siguió con la producción de la sembradora de granos finos de doble disco y la creación de una sembradora de granos gruesos neumáticas de 4 y 6 líneas a 50 y 70 cm entre líneas.
“El tránsito fue muy duro. Pero bueno. Tampoco fue malo porque estamos acá. Presentes. Compitiendo con marcas de 60, 70 años en el mercado. Estamos muy bien posicionados con la marca. Que eso es lo más difícil de llevar a cabo en un país”, evaluó Silvi.
El futuro y la mejor
En cuanto a los cambios políticos rescató: “Una firma nunca puede tener un partido político. Cuando vas a las urnas, por supuesto tenés tu corazoncito”, aclaró. En relación al actual gobierno aseguró: “Hay muchas cosas en las que estoy totalmente de acuerdo que hay que cambiarlas. Pero tengo miedo que el pueblo no aguante. Porque hoy realmente se han ido las cosas muy altas”, admitió. “Creo que la gente puede aguantar. Después de ahí, si no vemos un horizonte, va a ser muy difícil. Ojalá tengan suerte”.
Por último y en relación al éxito de ERCA rescató: “Lo hicimos todos juntos. Esto no es cosa de una persona. La idea fue mía de tener una fábrica desde los 12 años. Pero en realidad después fueron mis socios, mis hijas, mi familia, el productor, el ingeniero, que te va recalcando cosas, que te va dando críticas constructivas y vos lo vas absorbiendo y llegás a tener una marca competitiva”.
Sobre sus productos sostuvo: “Si me preguntan, diría que tenemos la mejor sembradora del país. Pero políticamente no es correcto. Incluso agradezco mucho también a la competencia porque si es sana te hace crecer. Hoy el mundo viene a la Argentina a ver nuestra tarea”, concluyó con la satisfacción de quien cumplió su misión.