En octubre de 2024, el Indicador de Precios en Origen y Destino (IPOD) elaborado por el sector de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) mostró un marcado aumento en la brecha de precios de los agroalimentos. Según el IPOD, los consumidores pagaron, en promedio, 3,5 veces más por cada producto agroalimentario en las góndolas que el monto recibido por el productor en el campo.
Este indicador refleja la fuerte diferencia en los precios de los alimentos que recorren la cadena de producción hasta llegar a las manos del consumidor final.
El relevamiento también reveló que el productor apenas participó en el 25,4% del precio final de venta, con un aumento de tan solo 2,8% en comparación con el mes anterior. Los productores de pollo lideraron con la mayor participación en el precio final, alcanzando el 50,7%, mientras que los productores de mandarina, afectados por una oferta limitada, tuvieron la menor incidencia, con solo un 10,8%.
Factores detrás de la brecha en los agroalimentos
El aumento en la brecha de precios durante octubre responde a varios factores. Por un lado, se registraron alzas en los costos de producción: insumos dolarizados, transporte, logística, alquileres y salarios. Estos costos afectan directamente el valor en origen de los productos agropecuarios. Además, variaciones en los precios de venta se observaron en distintas regiones del país, según las características de la producción y las condiciones del mercado local.
En cuanto a la disponibilidad de productos, la normalización de las lluvias y las temperaturas tras períodos de sequía ayudó a aumentar la producción frutihortícola, lo que redujo el precio de algunos productos en las góndolas. Sin embargo, la demanda de estos productos aún se mantiene baja, generando fluctuaciones en el valor que los consumidores pagan. La abundancia de frutas y verduras de temporada también ha favorecido la estabilización de precios en algunos casos, aunque la recuperación en la oferta no siempre se traduce en beneficios para el productor.
Productos frutihortícolas y de origen animal: principales diferencias en precios
Brecha en productos frutihortícolas
El IPOD frutihortícola reveló que, del campo a la góndola, los precios de las 19 frutas y hortalizas que forman parte de la canasta IPOD se multiplicaron por 5,1 veces en promedio durante octubre, un aumento del 6,2% respecto al mes anterior. Este incremento responde a factores de oferta y demanda, además de los costos adicionales de transporte y comercialización. La mandarina, con un aumento del 26,8% en origen debido a la alta demanda y un incremento del 29,2% en destino, lideró la lista de productos frutihortícolas con mayores aumentos en precios finales. Productores reportaron una limitada disponibilidad de fruta, lo cual ha contribuido a la escasez y al aumento de precios en el mercado.
Otras frutas como la manzana roja y la pera registraron aumentos significativos en góndola, a pesar de la baja en sus precios en origen, resultado de una sobreoferta en el mercado local debido a menores ventas en el exterior. La cebolla, por otro lado, redujo sus precios tanto en origen (45,8%) como en destino (13,2%) gracias a un aumento en la producción, que facilitó el abastecimiento de los comercios.
Brecha en productos de origen animal
Para los productos de origen animal incluidos en el IPOD, que abarcan cinco categorías de alimentos, el precio en góndola fue 2,9 veces superior al monto recibido en origen, sin cambios en comparación con septiembre. El consumo de carne vacuna, en particular, mostró una caída del 12% en lo que va del año, con una baja en el promedio de consumo per cápita de 49,5 kg a 44 kg por habitante. Este descenso en la demanda impacta directamente en la relación de precios entre productores y consumidores.
Productos con mayores y menores brechas en octubre
Principales aumentos en la brecha IPOD
Entre los productos con mayores diferencias de precios entre el campo y la góndola, la mandarina registró una brecha de 9,2 veces en octubre. Otros productos como la cebolla (7,7), la manzana roja (7,4), la pera (6,6) y la lechuga (6,6) también mostraron amplias diferencias en los precios de origen y destino. La baja oferta de mandarina contribuyó a su alto valor en góndola, mientras que la cebolla se benefició de un aumento en la producción que permitió estabilizar sus precios.
Por otro lado, la lechuga presentó un alza del 29,7% en origen debido a un incremento en la demanda, aunque el precio en góndola experimentó una leve baja del 1,5%, lo que refleja la dificultad para trasladar los incrementos de origen a los consumidores.
Productos con menores brechas IPOD
Entre los productos con menor diferencia entre el precio de origen y destino, el pollo y los huevos destacaron con una brecha de 2 y 2,1 veces, respectivamente. En el caso del pollo, el precio se incrementó en origen un 6,3% y en destino un 2,6%, lo que muestra una relación más equilibrada en comparación con otros productos de origen animal. El ajo y la calabaza también presentaron brechas relativamente bajas, con aumentos importantes en origen de hasta 93,3% para el ajo y 87,5% para la calabaza debido a la alta demanda y a factores de estacionalidad.
La frutilla, la única fruta en la lista de productos con menor brecha, mostró una relación de 3 veces entre el precio que recibe el productor y el que paga el consumidor. Los precios en ambos extremos de la cadena registraron caídas, en origen un 11,7% por el aumento de la oferta, y en góndola un 18,9%.
La necesidad de políticas que equilibren la cadena de valor agroalimentaria
La diferencia de precios entre el campo y la góndola sigue siendo un tema de preocupación para los productores y consumidores en Argentina. Las brechas de precios no solo impactan en la rentabilidad de los agricultores, sino que también repercuten en la economía de los hogares. Con el aumento de los costos de producción y el desafío de mantener una oferta constante en medio de condiciones climáticas variables, los productores enfrentan grandes dificultades para equilibrar su participación en el precio final de los alimentos.
Implementar políticas que fomenten la equidad en la cadena de valor agroalimentaria podría contribuir a reducir las brechas de precios y a generar beneficios tanto para los productores como para los consumidores, asegurando al mismo tiempo una producción sustentable en el largo plazo.