Prohibido adelantar escenarios electorales 1 año antes

No adelantar escenarios electorales. Crisis de los votos cautivos. CFK, Mauricio Macri, H. Rodrìguez Larreta, Patricia Bullrich, Sergio Massa.

Las recientes elecciones en Brasil dejaron diversas conclusiones para mirar. Si bien ningún proceso electoral es trasladable en su totalidad de un país a otro, hay patrones de comportamiento que se verifican en contiendas de estas características que asoman como una constante, también en la Argentina.

Si de las tantas, tomamos sólo 2, nos vamos a encontrar con la dificultad, en primer lugar, de armar escenarios electorales 1 año antes de la fecha propiamente dicha. Y, por otra parte, los dirigentes demuestran que han perdido la capacidad de direccionar a los votantes a quien ellos desean.

Un claro mensaje a los históricos punteros del conurbano bonaerense, quienes durante muchos años han lucrado con el argumento de tener una determinada cantidad de votos cautivos para llevarlos de orilla a orilla según fuera su voluntad. Todo eso no existe más.

Este último fenómeno se viene dando en la Argentina desde hace muchos años. Los acuerdos de cúpula no garantizan éxitos electorales.

La interna peronista entre Antonio Cafiero y Carlos Menem de 1988 ya demostró esa máxima, aunque iban a pasar varias elecciones más para que la certificación de ese proceso fuera casi total. Aquella vez, quien contaba con el aparato más aceitado del peronismo era Cafiero. Y Menem, con su impronta, más el acuerdo clave con Eduardo Duhalde y Alberto Pierri se garantizó la logística necesaria en la provincia de Buenos Aires.

Hoy, con la existencia de las PASO – muy discutidas por estas horas – la influencia de los “traficantes de votos”, son una raza en extinción.

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CFK

Es probable que, en el escenario argentino un puñado de dirigentes – sobran los dedos de una mano para contarlos – sean capaces de decir “voten a tal o cual”, y sus seguidores le hagan caso.

Sin dudas, Cristina Fernández de Kirchner es una de ellas. Lo demostró en 2019 cuando armó la fórmula con Alberto Fernandez, pero tuvo que ubicarse ella como candidata a vice para asegurar que los ultra K votaran a un hombre que los había fusilado verbalmente los años anteriores.

El dedo de Cristina es, aún, necesario para convencer a un núcleo duro cada vez menos sólido. La experiencia del Frente de Todos la ha mancillado, de allí que cuando puede, habla del gobierno como si nada tuviera que ver con él.

El último caso fue la crítica, razonable, al aumento de las cuotas de la medicina prepaga. CFK reaparecerá en público este viernes 04/11 cuando forme parte de un acto organizado por el sindicato de empleados metalúrgicos, la UOM, cuyo secretario general, Abel Furlán, es un hombre muy cercano a Máximo Kirchner y viene de destronar a Antonio Caló.

Es un representante del sindicalismo con el cual más cómodo se siente La Cámpora. Lo mismo les sucede con el Ministro de Trabajo bonaerense, Walter Correa, del sindicato de curtidores. Es una incógnita por dónde girará el discurso de CFK, pero sí es leída su irrupción como una desatención para su hijo por lo que sucederá un día después.

El sábado 05/11, en Mar del Plata, se va a realizar el Congreso del Partido Justicialista bonaerense, partido que preside Máximo Kirchner. El órgano partidario que deliberará en La Feliz lo preside Fernando Espinoza, intendente de La Matanza. Esta realización viene tras la obligada postergación a comienzos de setiembre cuando se produjo el atentando contra la vicepresidente.

Según se supo, el peronismo bonaerense dejará un mensaje claro con respecto a la necesidad de no efectuar las elecciones primarias. En este sitio el tema fue abordado con profundidad semanas atrás en una nota que se tituló: “Tengo unas PASO, sino te gusta, tengo otras”.

Patricia Bullrich

En la agenda del peronismo provincial habrá otro encuentro el 17/11, llamado Día de la Militancia, en el estadio Diego Maradona, de La Plata, donde cerrará CFK. Todo antes que comience a rodar la pelota en Qatar 2022, con la esperanza que el seleccionado argentino y su actuación hagan distraer la agenda acuciante que se vive en la Argentina.

Del otro lado de la grieta, quizá Mauricio Macri sea el dirigente con mayores posibilidades de direccionar un votante propio en función de sus determinaciones. No está claro en qué porcentaje ya que, la irrupción de Macri en la escena nacional, elección tras elección, fue más para evitar que continuara o regresara el kirchnerismo y no tanto por lo que él mismo genera.

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Entendido de la situación, su discurso girando a la derecha, busca retener un votante que podría ser propio y que ahora tiene a mano otras opciones. Desde Patricia Bullrich dentro de Juntos por el Cambio, a Javier Milei fuera de él. Hay trabajos reservados que aseguran una migración casi total del votante de Macri a Patricia Bullrich si el ex Presidente se corriera de la elección y hubiera PASO.

Por tal razón, a quien más le interesa que las primarias no se eliminen es a la ex ministra de Seguridad. Ella viene de atar acuerdos importantes en la provincia de Buenos Aires, más allá de los cruces recientes con Horacio Rodriguez Larreta tras el episodio con el jefe de gabinete porteño Felipe Miguel. Es extraño la evaluación que se hace del tenso diálogo.

Aquellos que desde el oficialismo plantean la violencia en los métodos de Bullrich quizá se olvidan los diálogos telefónicos de CFK con Oscar Parrilli donde, entre piruetas verbales, enviaba a “suturarse el or.. “ a José Luis Gioja o insultaba a todo lo que se le cruzara por el camino. Tal como si ser político los tuviera que escindir de ser personas que reaccionan como cualquier otra. Los análisis políticos deberían acentuar más su mirada sobre lo psicológico para entender ciertas conductas.

Larreta en GBA

Sobre ese mirada psicológica es donde suele buscarse la explicación de la distancia de Mauricio Macri con Horacio Rodriguez Larreta. “El calabrés se está vengando de Horacio porque lo quizo jubilar de la política”, sostiene alguien que los conoce a ambos y entiende la interna del PRO.

El verdadero ‘calabres’ era el padre, Franco, no siempre de buena relación con su hijo, bonaerense aporteñado. Pero el enojo por la jubilación anticipada es cierto. También lo es que la imagen negativa de Macri es muy alta, y no consigue bajarla. Por lo pronto, en la caliente puja amarilla, este jueves 03/11, Larreta hará un desembarco en el Gran Buenos Aires.

Ha pedido que le armen una recorrida extensa por San Miguel y luego irá a José C Paz. La agenda en San Miguel obedece a otro mojón en esta puja. El distrito es conducido políticamente por el senador Joaquín De la Torre, hoy cercano a Patricia Bullrich pero también a Macri y crítico de Larreta.

Un detalle: la semana pasada María Eugenia Vidal y Cristian Ritondo también recorriendo ese municipio, pero antes de hacerlo se juntaron con De la Torre y el intendente Jaime Méndez. En esta ocasión, Larreta no tiene previsto hacer lo mismo.

El caso Massa

En tanto, Sergio Massa, quien construyó hace casi 10 años el Frente Renovador para darle cobijo a los desencantados de un lado y del otro de la grieta, hoy busca recuperar esa impronta desde el Ministerio de Economía. No tenía muchas opciones: “Estaba en la tribuna viendo como nos metían los goles y pagaba el costo por eso, entonces entré a la cancha, al menos si voy a pagar costos quiero jugar el partido”, solía graficar Massa para explicar su arriesgada aventura de pasar una temporada en el 5to. Piso.

Hasta la semana pasada, Massa evitaba hablar de temas electorales, pero ahora dio su opinión sobre las primarias. Es un paso. Porque mientras da señales de no querer competir el año próximo, observa con deteniendo el caso de Roberto Lavagna en el 2003. Aquella vez, la certeza de su continuidad si Néstor Kirchner ganaba fue clave para anclar expectativas.

El contexto es distinto, pero si Massa logra generar la sensación de la luz en el final del túnel, tiene chances. En definitiva, es político. Y, tal como enseño Brasil, adelantar escenarios electorales no es un ejercicio saludable. Hacerlo es acercarse, casi con seguridad, a la equivocación.