La primera quincena de febrero muestra una fuerte caída en los envíos a faena en comparación con el mes anterior y el mismo período de 2024. En el mercado, a reducción de la oferta de vacas es particularmente llamativa, mientras que también se registra una menor disponibilidad de novillitos y vaquillonas, lo que responde a la estacionalidad tras el pico de diciembre.
Esta restricción de oferta ha generado una consolidación de los precios de la hacienda en niveles un 28% más altos en términos reales que en octubre pasado. Por otro lado, el Feedlot mantiene un volumen de hacienda encerrada un 5% superior al del año anterior, lo que se traduce en una recuperación de la rentabilidad para los corrales. La suba del precio del ganado gordo, combinada con un incremento menor en el valor de la invernada y costos más bajos por kilo ganado, favorece la ecuación económica de los feedlots.
Según la estacionalidad de los últimos años, la oferta de los feedlots continuará limitada por varios meses, estabilizando el precio del gordo liviano hasta mediados de 2025. Se proyecta que para julio-agosto, el encierre alcance entre 2,1 y 2,2 millones de cabezas, niveles históricos similares a los de 2009 y 2024.
Tendencias en el mercado internacional de la carne
El comercio internacional de carne ha iniciado el año con una dinámica positiva, en línea con la tendencia de los últimos meses de 2024. Los volúmenes de exportación continúan en niveles elevados, y en varios mercados se observa una incipiente mejora en los precios, lo que podría beneficiar a los productores argentinos en los próximos meses.
El consumo de carne en Argentina: evolución del gasto
El gasto en carne vacuna (calculado como kilos consumidos por precio al mostrador) alcanzó su punto más bajo en 2003, con un promedio anual de $309.000, afectado por la recesión tras la devaluación de 2002. Durante la década siguiente, este indicador mejoró hasta alcanzar un máximo histórico en 2010, con un gasto de $503.000 anuales, en un contexto de alto consumo per cápita (57 kg) y precios elevados tras la crisis de la ganadería entre 2007 y 2010.
Sin embargo, a lo largo de la década de 2010, el gasto en carne vacuna fue disminuyendo, llegando a su piso en 2019 con $344.000 anuales (a valores actuales). Durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, el gasto promedio anual fue de $457.000, mientras que en el período de Mauricio Macri descendió a $387.000 por habitante.
En 2023, este indicador se ubicó en $433.000 anuales, y en 2024 comenzó con un fuerte impulso en enero, alcanzando $474.000 debido a los efectos del “plan platita”. Sin embargo, en los meses siguientes se registró una caída constante hasta llegar a $325.000 en noviembre, resultado de un menor consumo y una baja en el precio real de la carne al mostrador.
En enero de 2025, con un repunte en el consumo per cápita y una suba significativa en los precios al consumidor, el gasto en carne vacuna se ubicó en torno a $400.000 anuales, una mejora respecto a los niveles de mediados de 2024, pero aún por debajo de los promedios históricos.