Patagonia enfrenta una amenaza inesperada: una medida del Gobierno nacional pone en riesgo uno de sus mayores logros productivos y sanitarios. La reciente decisión del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) de permitir el ingreso de carne con hueso desde zonas con vacunación contra la fiebre aftosa encendió las alarmas en el sur. Productores, autoridades y exportadores temen que esta flexibilización—por ahora suspendida—pueda comprometer el estatus internacional de la región como libre de aftosa sin vacunación, un reconocimiento clave para acceder a mercados de alto valor.
La Resolución 180/2025 habilita, por primera vez desde hace más de 20 años, el ingreso de carne con hueso desde el norte del país a la zona patagónica. Aunque el Gobierno nacional suspendió su aplicación por 90 días tras el rechazo de gobernadores y entidades rurales, la incertidumbre persiste.
Patagonia y su estatus sanitario: la clave para vender al mundo
La región patagónica logró algo excepcional: ser la única zona del país reconocida como libre de fiebre aftosa sin vacunación. Este estatus, certificado por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), permite exportar carne ovina con hueso a mercados como Japón, Estados Unidos, Chile y la Unión Europea, donde los requisitos sanitarios son extremadamente estrictos.

Empresarios del sector cárnico aseguran que este valor sanitario representa un activo comercial invaluable. Cualquier modificación a la frontera sanitaria del Río Colorado—como lo plantea la resolución del Senasa—podría hacer caer ese reconocimiento internacional y, con él, miles de toneladas de exportaciones anuales.
“Nos costó 20 años alcanzar este estatus, y lo estamos por perder en 20 días por una medida inconsulta”, advirtió un referente ganadero de Río Negro.
La industria ovina del sur argentino depende de este diferencial sanitario. Muchas empresas invirtieron en frigoríficos adaptados, protocolos de trazabilidad y acuerdos bilaterales para sostener este perfil exportador.
El precio de la carne no bajará, pero el riesgo sanitario sí subirá
Uno de los argumentos del Gobierno nacional para justificar la flexibilización es el supuesto abaratamiento del precio de la carne en góndola para los consumidores patagónicos. Sin embargo, productores y expertos aseguran que esto no sucederá.
Actualmente, cerca del 70% de la carne vacuna que se consume en la Patagonia proviene del norte argentino, pero deshuesada, debido a la normativa sanitaria vigente. Esa carne no se ofrece a un precio inferior, ya que los costos de logística, faena y transporte terminan equiparando los valores con la producción local.
Además, desde el punto de vista técnico, el ingreso de carne con hueso eleva el riesgo sanitario. Si bien proviene de zonas donde se vacuna contra la fiebre aftosa, cualquier error en la cadena de frío o un brote imprevisto podría comprometer la condición libre sin vacunación del sur argentino.
“No se trata solo de precios, se trata de bioseguridad y reputación comercial”, señalaron desde la Federación de Instituciones Agropecuarias de Río Negro.
Rechazo político y suspensión temporal: ¿y ahora qué?
La presión de los gobernadores de la región fue clave para lograr que el Gobierno nacional diera marcha atrás, al menos por el momento. A través de la Resolución 186/2025, el Senasa suspendió por 90 días la aplicación de la medida.
Durante ese plazo, se conformará una Mesa de Diálogo y Trabajo que reunirá a autoridades nacionales, provinciales y representantes del sector privado para debatir una posible reconfiguración del sistema sanitario. Sin embargo, los productores aseguran que no hay margen para medias tintas: exigen la derogación definitiva.
Los gobiernos provinciales de Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego, junto con más de 30 asociaciones rurales, firmaron una carta solicitando la anulación total de la medida. En paralelo, plantean un objetivo ambicioso: avanzar hacia un país unificado sin vacunación, que permita igualar el estatus de la Patagonia en todo el territorio nacional.
¿Una oportunidad disfrazada de amenaza?
Paradójicamente, el conflicto podría abrir una ventana estratégica. La unidad política del sur argentino frente al Gobierno nacional marca un precedente, y también deja al descubierto la falta de consenso técnico antes de tomar decisiones que afectan a todo un ecosistema agroexportador.
Productores de Santa Cruz y Chubut, por ejemplo, ya trabajan con frigoríficos y cámaras de exportación para ampliar mercados y consolidar el modelo de producción ovina con alto valor agregado. En ese contexto, el riesgo de perder el “mayor tesoro” de la Patagonia podría acelerar una política sanitaria integral más coherente a nivel nacional.