Por primera vez en varios meses, los datos de comercio exterior reflejan un cambio de rumbo alentador para el complejo cárnico argentino. En mayo, las exportaciones de carne vacuna generaron ingresos por US$293 millones, marcando un aumento del 36 % respecto al mismo mes de 2024. Así lo informó el diario La Nación, en base a un análisis del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) y datos del INDEC.
El volumen embarcado rondó las 61.000 toneladas peso producto, un leve retroceso frente a abril, pero con una mejora significativa en los precios internacionales, que fueron la verdadera clave del repunte.
Un cambio de tendencia: más dólares con menos carne
Los datos oficiales muestran que, aunque el volumen exportado se mantiene relativamente estable —e incluso por debajo del promedio del primer trimestre del año—, el precio promedio por tonelada exportada trepó con fuerza. Esto se tradujo en una mayor facturación para los frigoríficos exportadores.
El valor medio de exportación con hueso fue de US$5.465 por tonelada, mientras que los cortes deshuesados alcanzaron los US$6.640 por tonelada, lo que representa incrementos interanuales del 31 % y 42 % respectivamente.
Según el análisis publicado por La Nación, el sector logró mejorar su rentabilidad gracias a una suba interanual de sólo el 22 % en el precio de la materia prima (novillos y vacas), por debajo del alza en los valores de exportación. En otras palabras, los márgenes de ganancia se recuperan tras un primer trimestre desafiante.
China lidera, pero Europa aporta valor en la exportación
En términos de destino, China sigue siendo el principal comprador, absorbiendo el 71 % del volumen exportado y más del 60 % del total de cortes deshuesados. Este mercado es clave en la colocación de carne de menor valor agregado, pero en grandes volúmenes, lo que mantiene activa la demanda de vacas de conserva y manufactura.
Sin embargo, es Europa —especialmente a través de la Cuota Hilton— la que explica gran parte del crecimiento en facturación. Los embarques hacia la Unión Europea y Reino Unido representaron el 17 % del volumen, pero generaron el 30 % del total en dólares. Esto se debe a la colocación de cortes de alta calidad con destino a un segmento premium de consumidores.
Otros mercados relevantes fueron Chile, Israel y Estados Unidos, que demandaron cortes deshuesados, completando entre todos aproximadamente el 90 % del valor exportado en el mes.
¿Vuelve el ciclo positivo para la carne?
El informe de La Nación también destaca un contraste con el desempeño observado en el primer cuatrimestre de 2025. Entre enero y abril, el volumen exportado había caído un 24 % interanual, lo que generó inquietud en el sector. Sin embargo, en ese mismo período los ingresos bajaron apenas 0,8 %, ya que los precios compensaron buena parte de la caída.

Ahora, con la recuperación consolidada en mayo, algunos analistas comienzan a hablar de un cambio de tendencia estructural, donde la reactivación de la demanda china y la estabilización de la oferta global podrían sostener precios altos en el segundo semestre.
Según datos de la FAO, el índice global de precios de la carne vacuna tocó en mayo el nivel más alto en dos décadas, impulsado por menor oferta desde Oceanía y una recuperación en la demanda asiática post-pandemia.
Presiones internas y desafíos hacia adelante
A pesar del buen desempeño externo, la cadena cárnica argentina enfrenta desafíos domésticos relevantes. La presión fiscal, los costos logísticos, la brecha cambiaria y la incertidumbre sobre políticas comerciales (como la continuidad de los cupos o los derechos de exportación) siguen generando tensiones.
Desde el sector privado reclaman reglas de juego estables y previsibilidad, sobre todo de cara a las inversiones necesarias para sostener la oferta exportadora. Los márgenes mejoran, pero siguen siendo ajustados si se contemplan los costos de faena, frigorificación, distribución y financiamiento.
También hay desafíos en materia sanitaria, trazabilidad y acceso a mercados. Algunos países, como Corea del Sur o Japón, aún mantienen barreras sanitarias que limitan el ingreso de carne argentina, mientras que otros exigen requisitos técnicos y certificaciones cada vez más estrictas.
Expectativas para junio y el segundo semestre
El desempeño de mayo abre una expectativa positiva para el segundo semestre. Si la demanda global se sostiene y los precios internacionales continúan firmes, la carne argentina podría recuperar terreno y cerrar 2025 con un ingreso cercano a los US$3.000 millones por exportaciones, según proyecciones privadas.
Para junio, se espera que las exportaciones mantengan un ritmo sostenido, aunque sujeto a los vaivenes del tipo de cambio y la dinámica interna de precios. La evolución del consumo local también será clave: si se desacelera, como ocurrió en otros años con inflación alta, podría aumentar la disponibilidad de carne para exportación.
Por ahora, el dato de mayo es claro: la carne vacuna argentina recupera protagonismo en el mercado global. Y el punto de inflexión parece haber llegado.