El 7 de junio se celebra el “Día Mundial de la Inocuidad de los Alimentos”, proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) mediante la Resolución A/RES/73/250.
Esta fecha ofrece la oportunidad de destacar en esta etapa los esfuerzos realizados para garantizar que los alimentos que comemos no nos enfermen.
Desde el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) se encargan de ejecutar las políticas nacionales en materia de sanidad y calidad animal y vegetal e inocuidad de los alimentos.
Es por eso que en este día internacional queremos resaltar las funciones que resguardan la salud pública.
La inocuidad de los alimentos es la ausencia –a niveles seguros y aceptables– de peligros que puedan dañar la salud de los consumidores. Los peligros transmitidos por los alimentos pueden ser de naturaleza biológica, química o física (como bacterias, virus o residuos, entre otros).
Para obtener y mantener la inocuidad en las cadenas agroalimentarias, fiscalizamos los establecimientos y plantas y certificamos los procesos y productos a través de un control que orienta la producción hacia la obtención de agroalimentos de calidad e inocuos.
Por su parte, los consumidores –como eslabón final de la cadena– tienen como responsabilidad cuidar que la preservación y/o almacenamiento y preparación del alimento sean los adecuados para que el alimento adquirido no sea perjudicial.
“La rápida reacción de los organismos del Estado, permitió adaptarse a las nuevas condiciones que exigió y exige la pandemia provocada por el COVID-19 asegurando que el esfuerzo realizado por los productores, la industria y quienes distribuyen y suministran alimentos, siga acompañada por las actividades operativas y administrativas del Senasa y así mantener las condiciones de calidad e inocuidad sin afectar el flujo del campo a la mesa”, sintetizó Alejandro Fernández, director nacional de Inocuidad y Calidad Agroalimentaria del Senasa.
En definitiva, la inocuidad alimentaria cuida la salud de los consumidores, impulsa la comercialización y permite que los alimentos argentinos lleguen a nuevos mercados en todo el mundo.