En un convenio de cooperación con la empresa Knorr, el INTA aporta desde hace 29 años en mejoramiento genético, producción de semillas y asesoramiento a horticultores involucrados en el proyecto, informó hoy el organismo.
“Construimos un vínculo muy sólido (…) que permitió concretar logros en materia de mejoramiento genético, producción de semillas y de asesoramiento a horticultores de San Juan, Mendoza y Córdoba”, explicó Claudio Galmarini, director del centro regional Mendoza-San Juan del INTA.
El especialista en mejoramiento genético de hortalizas, subrayó que “en muchos caldos y sopas que se consumen en la Argentina y en otros lugares del mundo, está presente la genética nacional”.
“Obtuvimos dos cultivares de zapallo, Zapuco INTA y Aconcagua INTA, con un aumento en el rendimiento industrial del 120% y dos cultivares de cebolla, REFINTA 20 y Alfredo INTA, que incrementaron el rendimiento 25%”, detalló.
Entre los usos de la cebolla deshidratada se destacan la preparación de sopas crema, caldos, saborizantes de comidas y de panes, también se utiliza como persevante de alimentos y aún en la industria farmacéutica.
A ellos se suman la zanahoria NARA INTA, ideal para industrializar por su mayor contenido de sólidos con un mejor color y menor porcentaje de descarte; y actualmente hay una investigación en marcha en la selección de líneas de puerro.
“Estos cultivares de hortalizas aptos y específicas para el proceso del deshidratado permitieron mejorar la competitividad de esta industria en la Argentina y darle la posibilidad de exportar”, especificó Galmarini.
Por su parte, Ana Hernández Hermida, brand manager de Knorr Argentina, aseguró que “los vegetales son cultivados y cosechados por agricultores locales, pasan por la planta en Mendoza donde son cuidadosamente deshidratados”.
La mayor capacidad industrial instalada para deshidratar hortalizas en la Argentina se encuentra en la provincia de Mendoza; y, del total de las hortalizas producidas en el país, 10% se industrializa para conservas, congelado y deshidratado.
“Los cultivares destinados a la deshidratación son diferentes a los utilizados para el mercado en fresco”, detalló Galmarini y explicó que entre los caracteres más valorados está el contenido de materia seca, a mayor contenido menor cantidad de energía se emplea para extraer el agua en el proceso industrial.
Además, el INTA estableció planes de producción de semillas para abastecer a los productores y la formación de recursos humanos, así como el fortalecimiento del equipamiento para el desarrollo de estas actividades.