La industria láctea se ve fuertemente retraída desde el mes de diciembre. En ese marco, los productores se mostraron preocupados por la baja del consumo de elaborados derivados de la leche, lo cual está relacionado con la caída del poder adquisitivo de la población, mientras que la producción se contrae debido a la decreciente cantidad de vacas dedicadas al mercado lácteo.
Los efectos de la sequía de los últimos dos años, la inflación de diciembre y la variación del dólar hicieron que los productores de leche trabajaran a pérdida, lo que determinó que buscaran fabricar en menor escala y achicaran el volumen bovino. Así lo expresó a este diario Daniel Lorenzatti, presidente de la Junta Intercooperativa de Productores de Leche.
El factor climático y el golpe de la inflación, más allá de las “medidas atenuantes, como la baja de las retenciones”, hizo que todas las ramas derivadas de la actividad agropecuaria se vieran resentidas. La carne, por caso, se vio alterada en su equilibrio de mercado debido a la faena indiscriminada de animales por encima de los niveles usuales, lo que enflaqueció mucho el caudal de vacas madres y por consiguiente de novillos y terneros: menos carne en el mercado, menos animales para maternar y para lactar. La sequía también se llevó puestas las vidas de centenares de cabezas de ganado, reduciendo la cantidad de vacas disponibles para la actividad.
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“ Hay un 20% menos de producción láctea en general. Al bajar la producción, toda industria que necesita un mínimo de stock termina levantando el precio del mercado”, sostuvo Lorenzatti en diálogo con Conclusión , e indicó que “ hoy el precio de la leche es récord por rebote del faltante de producto . La foto de hoy es la de una baja del consumo que ronda el 20%, especialmente en lácteos. Esto encareció los precios en relación al dólar. El peor momento fue en diciembre”.
A su vez, hay una baja del poder adquisitivo, lo que reduce el consumo y presiona a la baja los precios. “No sirve ni estar en la cresta de la ola ni en el fondo del mar, lo ideal es navegar tranquilos”, reflexionó Lorenzatti y agregó que la sensación de los productores es que el consumo se recuperará gradualmente, “de otra forma se desencadenará una baja del precio del producto por aumento del stock”.
En el caso de las ventas, los productores de alimentos en general y los lácteos en particular, la preocupación radica en la caída del consumo , donde la exportación se mantiene estable, pero al momento de ver los precios internacionales y la falta de capacidad adquisitiva, la restricción se hizo sentir en el sector.