El ingeniero Carlos Catuogno, autor del proyecto, dijo que el desarrollo científico “puede ser un aliado en el combate contra incendios forestales”, entre otras utilidades.
Se trata de una plataforma aérea con capacidad de hacer vuelos de reconocimiento con cámaras instaladas que transmiten en tiempo real, lo que permitiría a bomberos y brigadistas recibir en sus celulares la información que no pueden tener cuando los incendios se encuentran en zonas inaccesibles, explicó el investigador.
“Conocer de qué manera avanza el fuego, hacia qué dirección y con qué velocidad” permitiría confeccionar un plan estratégico de combate con datos seguros, indicó y agregó que la ventaja del dispositivo es que vuela a “gran altura”, por lo queda a salvo del fuego y puede sortear además los vientos bajos que complican el combate.
El desarrollo científico fue diseñado en 2017 para estudiar la problemática del Río Nuevo en la cuenca del Morro en la provincia de San Luis, donde se necesitaba una plataforma de monitoreo que pudiera cubrir grandes áreas, a bajo costo, y permitiera hacer relevamientos fotográficos y de video online.
A medida que el proyecto fue avanzando, se fueron desarrollaron múltiples aplicaciones que pueden rápidamente adaptarse a la plataforma para otros usos como “proveer conectividad wifi a zonas remotas o de desastres naturales para mantener comunicados a los habitantes que no poseen otro tipo de sistemas de comunicación”, apuntó Catuongo.
La investigación realizada en el Laboratorio de Control Automático de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Agropecuarias (FICA) de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) obtuvo ayer el segundo puesto del concurso internacional IEEE IES Inter Chapter Paper Competition 2020 (IPC 2020). El equipo de investigación recibirá mañana como premio 500 dólares y un certificado que acredita la distinción.
“El dinero está destinado a la compra de celdas solares para un nuevo avión, entre otras inversiones, que nos permitirán acceder a la versión definitiva”, dijo el investigador, quien sostuvo que el premio distingue a la Argentina como segundo país el mundo en el máximo tribunal del sector que es el IEE.
Catuongo agradeció que el concurso se haya habilitado de manera virtual por la pandemia de coronavirus, “porque si hubiera sido presencial no hubiéramos podido asumir los costos del viaje”.
Asimismo, destacó la modalidad de “open source” o fuente abierta, porque “son investigaciones para el mundo, en las que las mejoras puede ser utilizadas con toda libertad, lo que siempre da mejores resultados que lo cerrado u oculto”.
El primer premio del concurso lo obtuvo Hong Kong, mientras que Argentina compartió el segundo puesto con Egipto.