El coordinador del programa nacional de langostas y tucuras del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), Héctor Medina, informó hoy que en al menos en cinco provincias del noroeste se detectó la presencia de “mangas de langosta” y dijo que por el momento “no hay riesgo inminente” de que puedan ingresar a Buenos Aires.
En una conferencia de prensa brindada en la Asociación de Periodistas de la República Argentina (APeRA), en la capital jujeña, Medina precisó que “en la provincia de Entre Ríos se logró controlar la primera de las plagas de langostas que ingresó en mayo pasado al país, después de haber pasado por Chaco, Formosa, Santa Fe y Corrientes”.
El funcionario consignó que “el año pasado hubo una plaga bastante similar en cantidad de insectos, pero ahora, por la Covid-19 que afecta al personal, los insumos y el control, es más complicado este año realizar acciones”.
“La plaga de langostas tiene mucha relevancia desde hace unos 5 años, pero el tema no es nuevo para Argentina ni para la región. Hubo 60 años de calma, en los que la plaga no ocasionaba problemas serios, pero resurgió en el 2015 y este año una manga ingresó por Paraguay el 21 de mayo y fue controlada en Entre Ríos y ahora hay 5 mangas en el NOA”, precisó Medina.
Medina afirmó que “la langosta comienza migrar con el viento”, indicó que “la plaga tiene una un patrón circular” y aclaró que esos insectos, “cuando hay temperaturas frías, biológicamente no se pueden reproducir”.
Además destacó que “el control de langostas es bastante complejo porque una plaga son agrupaciones de insectos, nubes o enjambres, y es muy complicado hacer un seguimiento para determinar dónde está”.
Puntualizó que el SENASA “trabaja con los productores y las provincias, a los que se los trata de avisar antes de que una plaga ingrese” a sus territorios.
Además, informó que una “una manga de langostas tiene una capacidad de 40 millones de insectos en un kilómetro cuadrado y las mangas rondan los 20-25 kilómetros cuadrados, por lo que el número de insectos es altísimo”.
Asimismo señaló que “el máximo potencial que tiene una nube de langostas para moverse es de 150 kilómetros” y precisó que este año “hay registros de movimiento de 140 kilómetros en un día”.
Medina dijo también que “la langosta se alimenta de cualquier vegetal”, precisó que “el viento norte trae altas temperaturas y las langostas bajan a nuestro territorio desde Bolivia y Paraguay” y por ese motivo destacó que ante esa situación “el trabajo debe ser en conjunto, de manera regional”.
Por último, Medina consignó que lo más al sur que la plaga de langostas llegó en los últimos años “fue en el 2017, cuando llegó a Río Cuarto, Córdoba “ pero recordó que “en el 44 la langosta llegó hasta latitudes de Chubut”.